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Al estilo de la primavera árabe
Al terminar las votaciones en el proceso electoral del 15 de mayo del 2016 los partidos de oposición se adelantaron con la realización de movimientos de protestas, alegando que se había cometido un fraude electoral, sin esperar que terminara el conteo de las votaciones. Estas movilizaciones de carácter político pretendían presionar para que el PLD y aliados reconocieran algunas candidaturas que ellos suponían que habían ganado.
Esas protestas pensábamos que serían descontinuadas una vez la Junta Central Electoral ofreciera los resultados finales y procediera con las explicaciones del proceso y con la entrega de certificados de elección, sin embargo hemos visto como han continuado sus acusaciones y protestas como si se tratara de emular lo que en el 2009 – 2011 se denominó la Primavera Árabe.
El fenómeno de la Primavera Árabe se efectuó en cinco países Árabes donde se habían afincado gobiernos dictatoriales, se reprimía a la gente y se había complicado el proceso de sus economías trayendo como consecuencia que surgieran grandes movimientos sociales de protesta en contra del sistema de cosas existentes, que lograron derrocar a los dictadores. Por el contrario, la República Dominicana es un país que vive en un sistema democrático donde ese tipo de métodos de lucha no da resultados.
Los países donde ocurrieron esos hechos fueron Libia, Siria, Marruecos, Túnez y Egipto que eran gobernados con regímenes dictatoriales y, aun así, solo Túnez ha logrado salir del desorden, la opresión y el caos en que vivía con el gobierno de Ben Ali que llevaba en el cargo más de 23 años, donde comenzó la insurrección por la democracia con la inmolación de un joven y al fin hace más tres años que lograron derrocarlo.
Con las grandes concentraciones de protestas en Libia para sacar del poder al dictador Muamar Gadafi en los finales del año 2011, las cuales fueron un éxito, se esperaba el advenimiento de una apertura democrática. Sin embargo, ha ocurrido todo lo contrario y hoy vemos la reproducción de facciones guerrilleras que han obstaculizado transitar el camino hacia la democracia.
En el caso de Egipto no se han alcanzado los avances esperados después de la renuncia de Hosni Mubarak como presidente y la sociedad egipcia no ha entrado en el camino correcto y, tras las movilizaciones convocadas por jóvenes el 25 de enero del 2011 dejaron más 300 muertos y solo lograron elegir un nuevo presidente que no cree en el sistema democrático para volver al orden constitucionalmente establecido.
La lucha que han iniciado los seis partidos de oposición en reclamo de que se cambien los miembros de las altas cortes, comenzando por la Junta Central Electoral, el Tribunal Constitucional, la Suprema Corte de Justicia y el Consejo Nacional de la Magistratura, es una lucha estéril, pues lo que garantiza el sistema democrático son las leyes y las instituciones llamadas a aplicarlas, no los hombres y mujeres que la constituyen.
Es tiempo que la oposición comience a realizar las propuestas de políticas públicas al seno de las instituciones que están encargadas de ejecutarlas para que la sociedad pueda ver que el liderazgo de los partidos que hoy representan la oposición pueda reconocerlos y saber que conocen sus necesidades y que están dispuestos a realizar los aportes que sean necesarios para alcanzar sus ideales.
Que se olviden de hacer acopio de procesos que se dieron en países que están muy lejanos de contar con una democracia como la que disfruta la República Dominicana, muy contrario los procesos que vivieron esos países, que sus regímenes eran dictatoriales y que los mismos necesitaban realizar esa llamada Primavera Árabe para transformar ese estado de cosas que correspondieran exclusivamente a su contexto social y no a nosotros.
