Abinader  siente el peso de la desilusión

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

El presidente Luis Abinader amanece cada día con la misma pregunta rondándole la cabeza: ¿en qué momento comenzó a fracturarse la imagen que tanto cuidó construir?.

Los titulares sobre el Seguro Nacional de Salud (SENASA) y las conexiones de figuras cercanas a él y su organización política con el narcotráfico no solo hieren su gobierno; hieren su identidad política, esa que edificó sobre la palabra “honestidad”.

Se siente traicionado, no tanto por los adversarios -de ellos siempre esperó ataques-, sino por los suyos, por quienes confundieron la confianza con impunidad.

Siente rabia contenida, impotencia ante una estructura que parece resistirse a la limpieza moral que él intenta imponer.

Porque Abinader, más que un político tradicional, se ve a sí mismo como un reformador en un terreno minado de costumbres viejas y lealtades turbias.

El presidente Luis Abinader en su rueda de prensa semanal

En la intimidad del Palacio Nacional, donde el eco de cada crisis suena más fuerte que los aplausos públicos, lo asalta la sensación de aislamiento.

Comprende que gobernar en República Dominicana no es solo administrar el Estado, sino navegar en un sistema donde la decencia a veces se vuelve debilidad.

La ética, su estandarte, ahora se ha convertido en un arma de doble filo: lo obliga a ser más severo, más vigilante, más desconfiado, incluso con los suyos.

El presidente Luis Abinader se debate entre la indignación y la necesidad política. Sabe que si actúa con mano dura puede perder aliados, pero si vacila, perderá credibilidad.

Y eso- para un líder que hizo de la transparencia su marca personal- sería una derrota moral irreversible.

En lo profundo, Abinader siente el peso de la desilusión: la suya y la del país que creyó en un gobierno distinto.

A veces, mientras revisa informes o escucha excusas de funcionarios, percibe la distancia entre el ideal que lo llevó al poder y la realidad que lo rodea.

No lo dice, pero lo siente: gobernar es una batalla diaria- contra la naturaleza misma del poder.

Y aunque su semblante intenta mostrar serenidad, dentro de él hay un hombre que mira al espejo y ve resquebrajarse la imagen del “presidente diferente”. Un hombre que se pregunta si todavía puede reparar el reflejo antes de que termine de romperse.

quezada.alberto218@gmail.com  

jpm-am

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felix
felix
1 mes hace

ESTA MUY DIFICIL LA SITUACION PARA ABINADER.

PORFIRIO R
PORFIRIO R
1 mes hace

ES EL MISMO PRD DE LOS 80S CON SALVADOR JORGE BLANCO Y DE HIPOLITO2000- 2004 QUE GOBIERNA

Charloo
Charloo
1 mes hace

Abinader puso su gobierno al servicio de los ricos, un sistema excluyente y una economia en manos de unos pocos; quiere subsanar la pobreza otorgando migajas y esto hace que creen nuevos pobres.
La alianza publico privada no le ha producido riqueza para el estado ni ha logrado hacef economia del gasto.

jose guzma
jose guzma
1 mes hace

Todavia el presidente esta a tiempo de limpiar su nombre y es dando un ejemplo al pais somentiendo a la justicia a sus funcionarios senalados por corrupcion, ya veremos.

Roque z.
Roque z.
1 mes hace

La actitud del Presidente Abinader no debe llegar a la desilusión, en esta gestión se denuncia la corrupción y se llevan a la justicia los que califican para responder por hechos cuestionables. En los gobiernos del PLD, desde el poder no se hizo una denuncia de corrupción, y crearon una clase política de millonarios que no pueden justificar la fortuna que tienen, pero también otro grupo forma parte del mundo empresarial compitiendo en la .

Roque z.
Roque z.
1 mes hace
Responder a  Roque z.

economía con familias tradicionales superándola en la inversión. Aunque el gobierno del PRM tiene poco defensores porque mas del 60% de las oficinas de Comunicación pertenecen a la pasada gestión y no se sienten compromisario con la defensa del gobierno; en el otro grupo no abundan tampoco los políticos. Ahora, el PLD-FUPU carecen de calidad, las devoluciones de cantidades exhorbitantes de $3,000.00 millones es un buen espejo donde se puede ver la dimensión de la corrupción de la gestión de estos en sus dos décadas en que gobernaron.

Albert
Albert
1 mes hace

Me uno profundamente a este comentario. Abinader terminará solo y abandonado hasta por sus más encumbrados amigos.

Antonio
Antonio
1 mes hace
Responder a  Albert

a el nadie lo mando a blindar la constitucion para la no reeleccion tan temprano!!! la gente esta con el que va a llegar. el, ya, para muchos no es util!!!