A tiempo para salvar el medio ambiente y recursos naturales

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EL AUTOR es Master en Gestión y Políticas Públicas. Reside en Santo Domingo

Las principales naciones están llevando al mundo a un camino sin retorno con la contaminación ambiental: con el calentamiento global, la contaminación del aire, contaminación de las aguas y la deforestación de los bosques, con una explotación sin precedentes de los recursos naturales y que amenaza la vida en la tierra.

La República Dominicana no está muy lejos de esa situación ya que el grado de desaparición, contaminación de nuestros ríos, nuestras aguas y nuestro aire son preocupantes.

Estudios realizados en Medio Ambiente estiman que en República Dominicana existen más de 1600 fuentes acuíferas, de las cuales 400 ya están agotadas, representando un 33% del total y muerte del caudal de esos acuíferos y sólo emergen en épocas de grandes cantidades de lluvias.

En la actualidad se han identificado 108 cuencas hidrográficas, de las cuales 97 drenan sus aguas directamente en el mar. El ministro de medio ambiente, las lluvias le están dando la oportunidad de proteger y reforestar áreas que ya se consideran pérdidas.

Recuerdo con nostalgia el río de mi campo, Pedro Corto donde nos bañábamos cuando era tan solo un niño y, hoy cuando pasaba por ahí, no quedaban ni las piedras ni vestigio de que existiera; también recuerdo cuando me bañaba en el charco El Tocón del río San Juan, en la Mesopotamia, en San Juan de la Maguana.

Era tan caudaloso que nuestros padres se preocupaban mucho cuando sabían que habíamos ido sin permiso a bañarnos. Hoy el río san juan se pasa a pie, y eso que no es el río Masacre.

Hoy en día han desaparecido más de 50 ríos y más del 50% de los que nos quedan han disminuido sus cauces, los demás están muy contaminados y sus aguas ya no son aptas para consumo humano y lucen llenos de basura, despoblados de árboles, llenos de gentes hacinadas, donde vierten las cloacas, los desechos de industrias y las aguas residuales, anegando su caudal y todos mirando impotentes, su entierro y dolor.

Podemos ver como mueren los ríos Isabela, el Ozama, el Higuamo, el Río Haina, el río Nigua, y Yubazo, el Nizao, el rio Sanate en Higüey, el río Mijo, el Río San Juan, el Yaqué del norte, el yaqué del sur y el Yuma.

Si, esos ríos mueren por la contaminación de sus aguas, por la extracción de materiales de forma indiscriminada para la construcción, por la deforestación, el hacinamiento humano y la falta de encauzamiento de sus aguas, si no se pone caso a esta realidad, la República Dominicana se encamina a ser en una isla desierta.

Las grandes naciones han pasado con creces los niveles de polución aceptados, que son de 25 microgramos. El nivel de polución y contaminación de las aguas se torna de manera alarmante; los aires ya se encuentran con niveles muy altos de contaminación, por encima de 390 microgramos. El Ranking de los países más contaminados lo encabeza: 1) China, 2) Estados Unidos, 3) Rusia, 4) India, 5) Japón, 6) Alemania, 7) Canadá, 8) Reina Unido, 9) Irán y 10) Brasil.

La ciudad de Santo Domingo está enclavada en una Isla formada por los ríos Isabela, Ozama y Haina y todas las aguas residuales están depositandose en ellos. Desde las cloacas, los drenajes de grasas de cocinas, lavaderos de vehículos, materias fecales, orina, fluidos de hospitales y clínicas, las aguas negras de las cañadas y los desechos y fluidos de las fábricas que aún se encuentran en el centro de la ciudad. Contaminan las aguas subterráneas, las aguas de los ríos y los litorales. Todo esto trae enfermedades a toda la población.

Esta situación ha puesto a preubas nuestros ríos, nuestras playas, nuestro ambiente y nuestro aire, somos responsable todos, pero el estado debe castigar con penas pecuniarias y de cárcel a los responsables de los crímenes contra el agua. Todo esto está afectando la calidad de vida y la salud de las familias de hoy y negando el porvenir a nuestros jóvenes.

Hay que adoptar medidas necesarias para prohibir la extracción de materiales de los ríos, hay que velar porque no tiren basura, evitar que las cloacas vierten sin tratar los desechos, prohibir la tala de árboles en las montañas, prohibir la siembra de frutos menores en las montañas, cambiar el sistema de irrigación de los cultivos a través del método de inundación y cambiarlo por goteo,  suspender por un año la importación de vehículos, colectivizar el transporte público, retirar de circulación a los vehículos en mal estado y crear conciencia a los ciudadanos a través de un programa de formación permanente de uso y manejo de aguas.

El agua se contamina cuando arrojamos basura a los ríos y producen microorganismo que dañan nuestra salud, con los detergentes que usamos, con los pesticidas y fertilizantes en los ríos, con los productos inorgánicos como el petróleo y sus derivados (aceites, gasolina, cloro, gas oil, kerosene, gomas, plásticos, vidrios). Con el agua se bebe, se cocina, se limpia, se riegan las plantas, vive, disfruta y sin ella no se puede vivir.

¿Qué pasa cuando el agua se vuelve tóxica? Las personas se enferman con bacterias, microbios y parásitos, produciendo enfermedades como fiebre, gripe, dengue, leptospirosis, paludismo, asma, tuberculosis, infecciones, daños estomacales. Por tomar o bañarse con agua contaminada se han causado la mayoría de las enfermedades y la muerte a millones de personas y animales en todo el planeta.

En república dominicana los rios que tienen mayor contaminación son el Higuamo, que cuenta con 35 industrias a su alrededor que vierten sus desechos contaminantes en sus aguas; el Ozama, contaminado por los grandes asentamientos humanos que vierten basura, aguas cloacales y drenaje de grandes cañadas; el yaqué del norte con grandes asentamientos a su alrededor e Isabela lleno de grandes barcos viejos y desechos tóxicos. Los más depredados por la extracción de materiales son el Nigua, el Nizao y el Camú.

Por ejemplo, los ríos más contaminados del mundo son: El Río Ganges en la India; Huaje en China; El <rio Dulce en Brasil, el Citaran en Indonesia y el rio Mississippi en Estados Unidos. El nivel de contaminación de estos ríos son tan alto que una persona no puede durar ni veinte minutos entre sus aguas porque muere y, si la toma, no dura los cinco minutos. Hay que hacer conciencia del grave problema que enfrenta la humanidad para su supervivencia y llamada a buscar el equilibrio entre crecimiento y desarrollo  para garantizar el futuro a las generaciones venideras la república dominicana es parte de ese proceso.

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