Un llamado a la familia: las niñas merecen la protección
República Dominicana figura entre los países de América y el Caribe en el que existen políticas públicas de prevención contra la incidencia del virus del Papiloma Humano (VPH), que está estrechamente vinculado con el cáncer cervicouterino, convertido en segunda causa de muerte en las mujeres de esta nación.
Las estadísticas son reveladoras sobre la necesidad de que haya más conciencia entre las madres, los padres y, en sentido general, en el seno completo de la familia sobre la obligación de proteger la salud de sus integrantes desde las primeras etapas de la vida.
De acuerdo a datos de organismos de salud locales e internacionales, cada año en República Dominicana son diagnosticadas con cáncer cervicouterino alrededor de mil mujeres, de las cuales fallecen aproximadamente 714, a causa de esa enfermedad.
Es un escándalo sanitario, cuyos efectos pueden minimizarse a tal punto que, en un período relativamente corto, como en el año 2030, por ejemplo, fecha meta para el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pueda reducirse la incidencia del cáncer uterino en el país.
Aunque los 17 ODS, promovidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), son transversales al bienestar y al desarrollo de las personas, el tercero de éstos se refiere en forma directa a la salud y al bienestar integral, lo que se constituye en un estímulo importante para que la sociedad en su conjunto se haga compromisaria con los propósitos de alcanzar esos objetivos.
El ministerio de Salud Pública, mediante su Programa Ampliado de Inmunización (PAI), ofrece la vacunación gratuita contra el VPH a niñas de entre 9 y 14 años de edad, con el interés de contribuir a disminuir la incidencia del cáncer cervicouterino y que en caso de que, se produzca la enfermedad, de todos modos, el desenlace no sea catastrófico.
La meta de los ODS y de las propias autoridades de salud de República Dominicana es lograr una inmunización del 90% de las niñas en el rango etario ya antes mencionado, para lo cual se requiere de conciencia, disposición y participación de las familias, así como de tutores y orientadores.
Lamentablemente, creo que la sociedad no ha estado cónsona con el interés de los organismos sanitarios nacionales e internacionales en la lucha contra la incidencia del cáncer cervicouterino.
Estimo que prejuicios sociales, religiosos y culturales han obstaculizado el flujo adecuado de la conciencia humana para que las niñas de entre 9 y 14 años de edad sean favorecidas con la inmunización necesaria, que les evitaría en el futuro ser una víctima más de la ignorancia, la obnubilación y la sin razón, más que del cáncer mismo.
En estos tiempos de avances tecnológicos, científicos, culturales, es importante que cada quien haga conciencia sobre el papel que se debe jugar frente a cada caso.
Las vacunas han demostrado a lo largo de su historia que son instrumento efectivo de prevención de cualquier enfermedad y eso está hartamente demostrado.
Ojalá que ya para el 26 de marzo próximo, que es el “Día Mundial de Prevención del Cáncer Uterino”, haya más conciencia y mucho más compromiso en el seno de la sociedad dominicana sobre la necesidad de luchar contra todas las enfermedades que puedan diezmar la población, y en torno a las cuales, desde el Estado, hay voluntad y mecanismos para combatirla, como es el caso del VPH, que provoca cáncer cervicouterino.
la solucion es facil, es crear una ley por decreto, que le advierta claro a los hombre y mujeres, que quien le haga daño a una niña, lo colgaran, sin fianza sin vuelta atrás, y sin macuteo de justicia alguna, el primero que después que entre la ley en vigor cometa un hecho, que lo cuelguen sin pena alguna, y usted va haver como se acaba con ese relajo aqui.