Prediquemos lo que enseña la Palabra de Dios 

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El AUTOR es abogado y evangelista. Reside en Santo Domingo.

La Palabra de Dios fue inspirada por el Espíritu Santo y ordena que “si alguno habla, hable conforme a la Palabra de Dios y si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos” (2 de Timoteo 3:16 y 1 Pedro 4:11)

Sin embargo, el mensaje que el Papa Francisco dirigió a la feligresía católica, durante el Ángelus u oración del domingo 29 de setiembre y que publicó el diario digital argentino www.elcronista.com, no se corresponde con lo que enseñan los textos citados, ya que habla de la supuesta  “asunción de la virgen María a los cielos” y aconseja que «no debemos imaginar a María como a una inmóvil estatua de cera, sino que en ella podemos ver a una hermana, con las sandalias gastadas y con tanto cansancio, por haber caminado tras el Señor y al encuentro de sus hermanos y hermanas”

En lugar de emitir tales opiniones,  el Papa Francisco debería informar a la feligresía católica que Dios no ordena fabricar estatuas para exhibir, venerar, imaginar ni “ver” a los personajes bíblicos, sino, predicar lo que enseñar  su Santa Palabra sobre ellos.

Por ejemplo, debería predicar que Isaías  7:14  alude a una virgen que concebiría y daría  a luz un hijo llamado Emanuel, que significa Dios con nosotros, profecía mesiánica que se cumplió,  a través de la virgen María, cuando el ángel Gabriel  le anunció  que iba a concebir  en su vientre y daría a luz un niño  llamado Jesús (Lucas 1: 26- 38)

También debería aclarar a la feligresía católica que la palabra “virgen” se refería a una mujer joven que  no había  tenido relaciones sexuales, como  fue  el caso  de la virgen María, la cual no  permaneció  “virgen” todo el tiempo, ya que contrajo matrimonio con  José, su novio,  con quien tuvo relaciones sexuales  y le engendró más  hijos , según  relata Mateo  1:24-25, 12:46-50  y  13:55

Incluso, el Papa Francisco debería explicar que Dios escogió a la virgen María “por gracia” para engendrar a Jesús en su vientre, ya que la palabra “gracia” significa un favor o privilegio que recibe una persona, de parte de Dios, sin merecerlo, verdad que ella reconoció cuando dijo:

“Engrandece mi alma al Señor y  mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador, porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues, he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones” (Lucas 1: 46-48

Virgen María

De igual modo, debería aclarar a la feligresía católica que la virgen María no se proclamó nunca como ”madre de Dios”, “reina del cielo”, “santísima”, “inmaculada” “ purísima” ni “milagrosa”, como acostumbran llamarla los falsos maestros, sino, “sierva” del Señor, porque estaba dispuesta  a obedecer sus palabras, a servirle,  a engrandecerlo con su alma y  a regocijar su  espíritu al hacerlo, que son las actitudes  que debemos asumir ante Dios.

Otro punto que debería enseñar el Papa Francisco a la feligresía católica es que la virgen María habló de un “Salvador”, porque  sabía  que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios, según enseña Romanos 3:23. Por tanto, no debía  considerarse la excepción entre los pecadores, ya que al igual que nosotros, ella necesitaba y necesita  a su hijo Jesús como Salvador de su alma, ya que el Dios Padre  se encarnó en ÉL,  le derramó su Santo Espíritu para  que no cometiera pecados y  le dio poder para  perdonarlos.

Además, le dio poder y autoridad para predicar su Evangelio, expulsar demonios,  sanar nuestras dolencias y enfermedades y le permitió  padecer y  morir  en una cruz para que pagara  la implicación de nuestros  pecados  y salve nuestras almas (Hechos 4:11-12, Mateo 28:18, Marcos 1: 27, Lucas 5:24 y Romanos 6:23)

En otra parte de su mensaje, el Papa Francisco aludió a la virgen María, afirmando que  “su peregrinación terrena termina con su Asunción al Cielo, donde, junto a su hijo, goza para siempre». Sin embargo, 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1 Corintios 15:50-  58  enseñan que tales hechos no han ocurrido todavía, ya que ocurrirán de la siguiente manera:

PRIPMERO: Ocurrirá la Segunda Venida de Cristo, se tocará la trompeta final y  todo ojo lo verá.

SEGUNDO: Las personas que creyeron en a Jesús y se arrepintieron de sus pecados y lo escogieron como Salvador de sus almas, antes de morir, resucitarán primero con un cuerpo incorruptible e inmortal, incluida la madre de Jesús.

TERCERO: Las personas que vivimos y hemos tomado la misma decisión, también tendremos un cuerpo incorruptible e inmortal, ya que todos seremos transformados, levantados en una nube para recibir a nuestro Señor y Salvador Jesucristo en el aire y subiremos al cielo a disfrutar del  maravilloso privilegio de la Vida Eterna,  junto a ÉL.

Sin embargo, aquellas personas que murieron y las que estén vivas, que no creyeron en Jesús y no se arrepintieron de sus pecados ni lo eligieron como Salvador de sus almas, serán condenadas a vivir eternamente en el Infierno y no disfrutarán del privilegio de la Vida Eterna.

Por tanto, necesitamos y debemos usar el  poder que Dios nos ha dado para predicar y enseñar, única y exclusivamente, lo que está escrito en su Santa Palabra, que es la Biblia, para  glorificar a nuestro Señor Jesucristo y que cada pecador (a) entienda, conozca, crea y escoja su destino eterno, antes de partir de esta tierra.

jpm-am

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Ma.Magdala
Ma.Magdala
2 horas hace

vivamos lo que enseña la palabra de dios