¿Y cómo salir del laberinto?
En vista de la trágica situación por la que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela se hace necesario, en vez de plantear más problemas, buscar soluciones. La muerte no es justificada. Si el «chavismo» nunca mató a María Corina, ni a otros líderes, entonces, no estamos ante un régimen totalitario como lo fue el de Rafael Leonidas Trujillo.
Para que exista un proceso de paz lo primero es no cerrar la comunicación. Segundo, bajar egos. Los líderes deben saber que los siguen personas y que serán luego víctimas de sus pasiones y decisiones. Tercero, negociación, buena fe y fe en lograr los objetivos.
Este desdichado país (Venezuela), es víctima de lo señalado por el Prof. Juan Bosch en «La frontera imperial…», sobre los conflictos geopolíticos entre potencias y el interés del control financiero y económico del Caribe.
Según el Prof. Bosch, el desplazamiento de naciones Europeas fue el interés norteamericano. Hoy día, Rusia y China son las amenazas a los intereses de Estados Unidos en Venezuela y Guyana, así como debilitar los países anti Estados Unidos. Con el «desplome» del «régimen» en Venezuela y el ingreso de la «libertad» se acabará el criminal y humillante bloqueo económico.
Detallaremos propuestas para una negociación que evite lo que ocurrió en nuestra nación dominicana en 1965; la nación que arrojó la libertad de Venezuela, y de dónde surgió uno de los ancestros de Bolívar; de esta Ciudad Primada fue que partió José Núñez de Cáceres, quien fue que propuso «La Cosiata», dando la verdadera independencia a Venezuela de la Gran Colombia de Bolívar.
Propuestas, muy parecidas a las solicitadas por Hugo Chávez, pero en el contexto que nos compete y acordes a esta realidad:
• Primero, un «foro nacional» de todos los sectores del país que estén involucrados. Nada de tribunales que no son medios de diálogo, sino de condena. Venezuela necesita orden y evitar la tan odiada guerra civil. La Asamblea constituyente puede servir para normalizar y legalizar el proceso de estabilización.
• Segundo, la renuncia o destitución del presidente Nicolás Maduro y que tenga garantías de indulto de penas. En dado caso, que ocurra un referéndum dirigido o monitoreado por actores de la Unión Europea y de la OEA: que la gente diga, un sí o un no al presidente Nicolás Maduro.
•Tercero, la articulación de un triunvirato provisional dirigido por los representantes de los diferentes poderes del Estado.
•Cuarto, la adopción de medidas económicas y el fin del bloqueo por parte de los sectores que tras las sombras están perjudicando el desarrollo y la paz del país. Que no sigan muriendo más personas en la transición. Los que exigen democracia deben priorizar el pueblo venezolano, no la oligarquía, anarquía, o directrices fuera de las fronteras.
•Quinto, nuevas elecciones presidenciales que garanticen transparencia, estabilidad y confianza. Ganar sin garantías de estabilidad o gobernabilidad es sometimiento, esclavitud, tortura. El pueblo puede merecer sacrificios, pero no tratos indignantes, miseria, atraso y lo peor de todo, la desesperanza.
• Sexto, el no empleo, ni del oficialismo ni de la oposición de ningún método que perjudique al pueblo y cause muertes innecesarias. Ningún líder debe permitir el sacrificio y la guerra fratricida. Deben emplear métodos no coercitivos.
Finalmente, que ninguna decisión llene de sangre la historia del pueblo venezolano y que no tengamos que ser espectadores de guerra fratricidas de hermanos de armas y el pueblo que nos dio apoyo para nuestra Independencia y al padre de la patria Juan Pablo Duarte…
jpm-am