Un comportamiento enfermizo y despreciable (OPINION)
De manera histórica un segmento mayoritario e importante de la sociedad dominicana ha venido ejercitando con repugnante desvelo un comportamiento enfermizo y despreciable que estamos convencidos no la llevará a un buen lugar.
Luego de hacer una reflexión profunda con un sentido crítico de ese fenómeno no se hace más que llegar a la conclusión de que esta batalla por la dignidad y la sensatez la está ganado la mediocridad, el oportunismo y el lambonismo.
Este fenómeno social que hemos venido observando y estudiando desde hace unos años se pone más de manifiesto en la actividad política, específicamente cuando se producen cambios de gobiernos y los presidentes de la República.
Es lacerante y vergonzoso como cada cuatro años, ocho u 12 años, segmentos poblacionales, figuras del ámbito político, económico, periodístico, cultural, entretenimiento, religioso, sindical, entre otros, cambian de chaqueta política sin chistar y reniegan de las causas y gobiernos, cuando ya no son los que administran el Presupuesto Nacional. Ufffff.
Esos sectores y personajes a los cuales nos referimos son verdaderas rameras al servicio del gobierno de turno que, al parecer, no pueden permanecer ni un instante apartado de las mieles del poder no importa que esto signifique venderle su alma al diablo.
Esos personajes que gravitan desde la apertura la vida democrática en este país, pero ahora con más fuerza, son capaces en su afán por conseguir o mantener jugosas ganancias o ración del boa, de atribuir luces y vuelos que no poseen a presidentes y funcionarios de primera y segunda y tercera línea.
No se respetan, no respetan a su familia, pero lo más terrible, no respetan a su país, ya que de manera descarada y rastrera lo sangran despiadadamente como si poco le importara que desapareciera del concierto de naciones pertenecientes a esta civilización occidental.
Mirando esto, me llega a la memoria una pequeña línea del poema titulado “Mi Tebaida Lirica”, de la autoría de un adolescente llamado Joaquín Antonio Balaguer Ricardo, en sus días de pensamiento revolucionario: “Aborrezco el ambiente en que me ha tocado nacer”.
jpm-am

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Por favor sea mas especifico
Eso de atracar un banco no es juego, como no lo es atentar contra la vida de un niño o una mujer. Los que se involucran en tales desafueros, sean quien sea, deben cargar con todo el peso de la ley y la población nunca celebrar ni consentir sea cual sea el desenlace.