Difusión de una cultura de paz en el Caribe (segunda parte)

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EL AUTOR es abogado. Reside en Santo Domingo.

POR ROMMEL SANTOS DIAZ

Procede destacar que la Declaración  de Paz y Cese de Guerras (DPCW, por sus siglas en inglés)  es un  documento que apunta hacia el pleno desarrollo de una cultura de paz entre los individuos, los grupos y las naciones del Caribe, señalando la necesidad de una formación en valores, actitudes, comportamientos  y estilo de vida vinculados a respetar, promover y proteger los derechos humanos, según indica  la Declaración sobre Cultura de Paz de 1999.

Para la difusión de una cultura de paz en los países del Caribe la Declaración de Paz y Cese de Guerras indica valores  determinantes  de la paz, que ante un conflicto, sirven para alcanzar la paz y restaurar las buenas relaciones, como son, el diálogo, la tolerancia, la colaboración, la concertación, la solidaridad, el amor, la verdad, la justicia, la humildad, el respeto, la libertad, la apertura, el control, el perdón, y la serenidad.

Tanto la Declaración sobre una Cultura de Paz de 1999 como la Declaración de paz y Cese de Guerras, señalan que son elementos fundamentales para su desarrollo, la educación en derechos humanos, el papel de los gobiernos, la sociedad civil, los medios de comunicación, y otros miembros deben colaborar en su promoción, como son los padres, profesores, políticos y demás personas.

Se ha reconocido que, la educación es un elemento  indispensable  para contribuir, fomentar y mantener la paz y la preocupación por la enseñanza en derechos humanos, tiene su origen en la Carta de las Naciones Unidas que alude a su promoción y estudio en el artículo 13, lo cual asume Cultura Celestial, Paz Mundial, Restauración de la Luz con la Declaración de Paz y Cese de Guerras.

A lo largo de la presente exposición  hemos querido  señalar que existe una íntima relación entre los derechos humanos y la paz, tal y como establece la Declaración de Paz y Cese de Guerras de la Cultura Celestial, Paz Mundial, Restauración de la Luz. En este contexto es de suma importancia el reconocimiento de todos los derechos humanos  como fundamento de la democracia.

El respeto por la dignidad humana y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la comunidad , indica la Declaración Universal  de Derechos Humanos de 1948, que es la base de la paz, la justicia y la libertad, son pilares fundamentales de la Declaración de Paz y Cese de Guerras.

La DPCW es un instrumento  ideal  para promover el reconocimiento de los derechos humanos, así como  exigir su efectividad y luchar contra las violaciones de los derechos humanos en el Caribe, a la vez que hay que hacer un llamamiento de estos por la vía del conocimiento de los derechos humanos de las personas, a través de la educación y aprendizaje en derechos humanos.

Lo anterior exige también que la comunidad  de países del Caribe  para hacer realidad los derechos humanos, como establece DPCW, debe concretar normas a nivel interno de tutela y debe respetar los convenios de derechos humanos ratificados, pudiendo  responder internacionalmente cuando se violen dichas previsiones.

En ese sentido en el ámbito internacional se requiere cada vez más el perfeccionamiento de la tutela internacional de los derechos humanos, así como la realización de actividades con miras a su promoción , a fin de reafirmar los derechos fundamentales del hombre  en la dignidad y el valor  de las personas humanas y en la igualdad de hombres y mujeres.

La DPCW  destaca  en líneas generales que los Estados deben adoptar medidas en el plano nacional e internacional, para promover la paz, de ahí que su política debe estar orientada a la eliminación de la amenaza de guerra, especialmente de la guerra nuclear a la renuncia del uso de la fuerza en las relaciones internacionales por medios pacíficos de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.

En consecuencia, los poderes públicos, los Estados tienen el compromiso y la función de promover y fortalecer una cultura de paz, pues como indica la Declaración sobre una Cultura  de Paz de (1999), las desigualdades entre los países, entre hombres y mujeres, la pobreza, el analfabetismo, el racismo, la discriminación, entre otros, son obstáculos para la paz, tal y como también lo plantea la DPCW.

Por otro lado conviene señalar el papel decisivo  que cumple la Sociedad Civil en el fortalecimiento  y la promoción de la paz, cuya responsabilidad recae  de manera directa para el caso  que nos ocupa, la gran labor que realiza a nivel internacional, específicamente en el Caribe HVLP con la DPCW  y la  promoción de la paz en coordinación con las organizaciones de la Sociedad Civil y las Organizaciones No Gubernamentales.

También ,  cabe resaltar la función decisiva en la promoción de la paz, que pueden realizar los medios de comunicación a propósito de la ¨Declaración de la UNESCO sobre principios fundamentales relativos a la contribución de los medios de comunicación de masas al fortalecimiento de la paz, y la comprensión internacional , a la promoción de los derechos del hombre y a la lucha contra el racismo,  el apartheid y la incitación a la guerra (1978)¨, determinando que el ejercicio  de la libertad de opinión de la libertad de expresión y de la libertad de información , constituye ¨un factor para fortalecer la paz y la comprensión internacional¨.

En conclusión, tenemos a los educadores que atreves de la educación deben  preparar a los jóvenes y niños a ejercer sus derechos y gozar de sus libertades, sin dejar de reconocer y respetar los derechos de los demás, y a cumplir sus funciones en la sociedad, aspectos éticos que deben alentar los Estados miembros a sus educadores, según se desprende de la recomendación  de las directrices de la Declaración de Paz y Cese de Guerras de Cultura Celestial, Paz Mundial, Restauración de la Luz

La DPCW  es el mejor medio para solucionar la falta de comunicación y de diálogo, es una de las causas de surgimiento de los conflictos, y en definitiva, es una herramienta eficaz en la construcción y transformación de una cultura de violencia, a una cultura de paz, y se exige en todos los niveles, tanto en la escuela, como en el trabajo, etc.

De acuerdo a la DPCW (Declaración de Paz y Cese de Guerras) ̈los Estados deben reconocer y comprometerse con grupos y organizaciones que busquen promover la causa de la paz como un movimiento mundial. Los Estados deben ayudar a estos grupos en sus actividades de sensibilización, incluso impartiendo las enseñanzas  en derechos humanos y estudios sobre la paz, según lo previsto en  la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Declaración de la ONU sobre una Cultura de Paz de 1999 ̈.

El diálogo ha constituido históricamente un elemento en la solución pacífica de los conflictos tanto a nivel personal  como internacional, y efectivamente es  y ha sido un método  y mecanismo  eficaz de las Naciones Unidas, el cual debe ser  empleado  por los países  de la subregión del Caribe como una herramienta eficaz para la construcción de la paz.

La difusión de una cultura de paz en el Caribe implica desarrollar un amplio programa de educación para la paz basado  en el uso apropiado de los medios de comunicación y el compromiso  de los actores por excelencia  de estos medios, vale decir de los periodistas  conscientes de la  importancia  de promover una cultura de paz.

Las iniciativas para la difusión de una cultura de paz basada en la DPCW  en el Caribe debe partir de la voluntad política de los Estados expresadas  a través de la adopción  de la DPCW  como guía para  orientar las políticas públicas en materia de educación  básica y universitaria   sustentada en  presupuestos adecuados  para garantizar  resultados eficaces en beneficio de las personas.

Los órganos de los Estados  del Caribe deben  emitir resoluciones de apoyo a la Declaración de Paz y Cese de Guerras  de Cultura Celestial, Paz Mundial, Restauración de la Luz como demostración del compromiso  con la difusión de una cultura de paz fundamentada  en los principios  de ese importante documento elaborado por  expertos que gozan del reconocimiento  del Consejo Económico y Social  de las Naciones Unidas.

En  definitiva  la Declaración de la Paz y Cese de Guerras (DPCW), en nuestra opinión  constituye  el documento  por excelencia para los países de la Subregión  del Caribe desarrollar políticas públicas de paz coordinada  con las Organizaciones de la Sociedad Civil y Actores Sociales  lideradas  por la Organización No Gubernamental  Cultura Celestial, Paz Mundial, Restauración de la Luz (HWPL) , una  organización privada  sin fines de lucro, con sede  en la gran nación de Corea del Sur, actualmente  guiada  por su líder mundial Man Hee Lee.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

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