ESPAÑA: Bachata de Juan Luis Guerra desata la fiesta
MADRID.- Juan Luis Guerra ha desatado la celebración a ritmo de bachata este sábado en la segunda y penúltima jornada del festival Río Babel (Madrid), donde ha hecho bailar a una multitud de todas las edades en torno a clásicos de su carrera al completo.
El cantante, acompañado de su orquesta 4.40, ha demostrado con su potencia vocal intacta que los 66 años que luce sobre el escenario han respetado su valía musical: así lo han percibido los miles de asistentes que han mostrado su respeto por el mito viviente con un lleno difícil de imaginar en la jornada anterior.
“Rosalía” y “La travesía”
Arrancando con su éxito “Rosalía”, el dominicano ha pisado las tablas, imponente y encorvado, desatando el fervor inmediato de la multitud con temas como “La travesía”, responsable de los primeros coreos de la noche, que no cesarían para sumergir a la audiencia en un maratón de bailes latinos.
Banderas de República Dominicana, pero también de México, Argentina o Venezuela, han ondeado en el aire mientras el artista saludaba no solo a los madrileños sino a todos los castellanoparlantes que lo acompañaban en himnos inmunes al paso del tiempo como “El niágara en bicicleta”, al que han respaldado unos coloridos efectos visuales que han añadido espectacularidad al recital.
Su devoción cristiana ha tenido cabida en la lista de temas, primero con “Eres”, dedicada a “Jesús, mi Salvador, rey de reyes” y cerca del final con la canción “Avispas” en la que se vale de versículos de la Biblia para predicar acerca de la fe.
“Burbujas de amor” y “Ojala que llueva café”
No obstante, si algo ha quedado claro después de su exhibición de vitalidad y maestría, es su condición indiscutible de rey de la bachata, confirmada en la sucesión de éxitos que ha encadenado la “Bachata en Fukuoka” con “Frío, frío” y, tras ella, la celebradísima “Burbujas de amor”, que ha rendido definitivamente al auditorio de la capital a sus pies.
Una exhibición del talento de su orquesta en una larga sucesión de temas interpretadas por distintos músicos ha dado lugar a la recta final del show, donde, megáfono en mano, ha entonado “El costo de la vida”, seguida por “Ojala que llueva café”, donde artista y público se han fundido en una sola voz.
Un dilatado receso que ha hecho temer que el cantante dejaría sin interpretar algunos de sus mayores éxitos ha hecho a toda la Caja Mágica pedir a gritos su regreso cuando los focos lo han devuelto a la escena, con un cambio de vestuario en homenaje a su álbum “Bachata Rosa”.
“La bilirrubina”
“A pedir su mano” y el tema que da nombre al LP han propiciado la despedida para, como colofón, poner al artista a bailar brazos en alto con los asistentes al ritmo de la eufórica “La bilirrubina”.
En el cartel de este sábado también ha destacado la presencia de Guitarricadelafuente, quien, con un hipnótico espectáculo en el que ha combinado la canción popular con la electrónica, ha brillado con especial intensidad en las interpretaciones de “Agua y mezcal”, su regreso a la antigua canción “Sixtinain” o su versión, acompañada por el palmeo de su banda, del clásico “A mi manera”.
El cierre de una jornada amenizada por “La Santa Cecilia”, los colombianos “Aterciopelados”, el son playero de “Mr. Kilombo” o el reggaeton alternativo de “Tremenda Jauría” prevé las actuaciones de “Eskorzo” y “Macaco” y emplazará a los asistentes a su último día el próximo domingo, en el que actuarán, entre otros, “Alizzz”, “La M.O.D.A.” o ” Jamiroquai”.
este artista estudio en harvard, no salió del callejón.
musica decente para gente decente.
si no es de politica, choperias y pelota el dominicano no reacciona. juan luis guerra es un verdadero heroe nacional, puso a nuestra musica en escenarios internacionales y termino dandonos a conocer como pais. deberia recibir un reconocimiento diario.
y ese amargue??? quieres decir que juan luis no recibe el reconocimiento merecido???que quieres?juan luis es el dominicano mas admirado en lo artisitico…nos representa dignamente y nos enorgullece cuando lo hace….tu pareces que sufres de una amargura extrema