Orlando Martínez no merece eso..
La conmemoración del 40 aniversario del cobarde asesinato del periodista Orlando Martínez, el pasado 17 de marzo constituye una mancha indeleble a la memoria histórica del pueblo dominicano.
La muerte del comunicador nacido el 23 de septiembre de 1944, en las Matas de Farfán, turbó tanto al pueblo dominicano que aún cuatro décadas después parece no reponerse de tan contundente perdida.
Creo que esa recordación de la sociedad dominicana hacia el malogrado comunicador social, obedece, sin embargo, a la ausencia dolorosa de informadores públicos comprometidos con los mejores intereses de este país.
Quiero que quede claro, que escribo estas reflexiones fuera de la fecha de conmemoración de un aniversario más de su muerte, para no coincidir con los malvados y simuladores periodistas que toman la efeméride para aparentar lo que no sienten.
Y no sólo lo que no sienten, sino que con sus acciones y trayectorias no son más que negadores de un ejercicio periodístico objetivo, veraz, valiente y comprometido como el que ejerció Orlando Martínez en los años de (1972-1975).
En este país ha llegado el momento de decir algunas verdades a muchos periodistas simuladores y actores que van cada 17 de marzo al busto levantado en honor a Orlando en la avenida José Contreras con Cristóbal de Llerenas, en la zona universitaria.
No es justo que la figura de Orlando sea tomada por algunas personas u entidades para hacerle homenajes y reconocimientos a periodistas y comunicadores que en los tormentosos días cuando le asechaba la muerte no fueron solidarios y le dieron la espalda.
Es una barbaridad tener que soportar todavía en estos tiempos a periodistas muy conocidos hablando de las virtudes y valores de Orlando cuando fueron ellos mismos agrupados en lo que se llamaba entonces Sindicato de Trabajadores de la Prensa quienes le negaron apoyo cuando su asesinato era inminente 1975.
Ese grupo alegó que a él no le pasaría nada porque sus relaciones con el reformismo gobernante y el presidente Balaguer eras excelentes. De esto que estoy contando saben más, doña Consuelo Despradel, Carlos Dore Cabral y Narciso Issa Conde; que terminen de contar la verdad para que esta sea completa. Orlando no merece eso.