OPINION: Dejen de hablar de reformas fiscales  y reduzcan gastos y deudas

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EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

El gobierno no puede seguir hablando de reformas fiscales en medio del carnaval de aumento de precios que tienen las grandes distribuidoras. Salirle a este pueblo con más inflación sin disminuir el gasto público, dilapidando recursos y con la misma carrera de endeudamiento es para que la indignación popular se manifieste.

Nadie quiere escuchar, ante la crisis económica, el incremento de la pobreza y la falta de recursos, que se le hable de ampliar las bases impositivas cuando lo que está pidiendo la población, el anhelo primordial de todos y el objetivo de la lucha de muchos y largos años es transparentar el gasto público y darle más calidad.

Aumentar los ingresos sin quitarle la confidencialidad a los contratos APP, eliminar los privilegios, parar el barrilito, quitar las exoneraciones, descontinuar las exenciones fiscales, focalizar el subsidio de combustibles, detener las botellas y mermar los gastos de publicidad estatal sería como llamar al diablo para verlo llegar.

No vengan con el cuento de que cargarán más a los sectores productivos o a las grandes cadenas de distribución, sin previamente aprobar una ley que congele los precios porque nada impide que esos aumentos sean traspasados a los pendejos consumidores finales.

Plantearse aumentar el peso del presupuesto sin recuperar lo robado sería culpar al pueblo por un problema de déficit creado por funcionarios irresponsables y sería hacerle honor a la podredumbre, a la evasión fiscal, al dispendio y al enriquecimiento ilícito.

Luis Abinader duró 8 años desde el 2012 hasta el 2020 con la pandemia incluida, oponiéndose a la reforma fiscal si no se reconstruye el gasto público y se reduce la dependencia del crédito. Sin embargo, sigue el dispendio y nos lleva al precipicio de la deuda.

Es hasta un contrasentido decir que la economía va viento en popa. Que creció en el primer trimestre de 2021 y que crecerá en el último trimestre del corriente año por encima de muchas naciones de la región y al mismo tiempo tratar de meternos la mano en el bolsillo.

Nos metieron el paquetazo del 2012 en el que aumentaron la renovación de las placas, los precios de los productos básicos, y del transporte pero lejos de mejorar el salario y las condiciones de vidas de los dominicanos nos han sumergido más en la pobreza social.

Este mismo gobierno intentó meter una reforma de contrabando en 2020 aumentando el impuesto al consumo de la tarjeta, al GLP, al salario de navidad, a las ganancias digitales  y al impuesto sobre la renta en la pandemia y lo mejor que hizo fue rectificar y retirarlo.

Los únicos que estarían contentos y de júbilo con una reforma fiscal son los empresarios y el gobierno. Sin embargo, lo que se percibe entre los trabajadores, las amas de casas, el campesino y los desempleados es que las mismas serán perjudiciales y agobiantes.

Reformas van y reformas vienen. Sin embargo, siguen los apagones eléctricos, el servicio de agua es deficiente, la inseguridad sigue su agitado curso, la educación es peor, la salud es de mala calidad, el tránsito es un desorden y se sigue violando la Ley y la Constitución.

La reforma fiscal solo ha servido para mantener la clientela, dar botellas, pagar pensiones y salarios lujosos, gastar en campañas, nombrar altos cargos parasitarios y a los popis, contratar más empresas, duplicar las nóminas, y privilegiar a los congresistas mientras el pueblo sigue secuestrado y abandonado a su suerte.

Hablar otra vez de un pacto fiscal con la experiencia de lo que pasó con el pacto de la reforma educativa que solo le sirvió a los empresarios de la educacion sería inaceptable y desde luego sería más engaños, más mentiras, más injusticia y más motivo de lucha.

No se que está pensando el Congreso del barrilito y la mermelada y el presidente elitista o de los ricos con su pretendida Reforma Fiscal futura. ¿Que nos vamos a quedar con los brazos cruzados? ¿Que vamos a saltar de alegría porque van a subir los salarios de los trabajadores y de policías y militares? No

Salimos a las calles contra el paquetazo fiscal de Salvador Jorge Blanco en 1984, protestamos contra Leonel Fernandez en 1997 por sus medidas impositivas y tan pronto se apruebe la carga impositiva saldremos a protestar contra el presidente Luis Abinader y el Congreso para rechazarlas y exigir un cambio de modelo.

JPM
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rafael matos
rafael matos
3 Años hace

fantastica su exposicion……..de acuerdo. infinitamente de acuerdo…..

El Veraz
El Veraz
3 Años hace

interesante artí****. nos alerta del futuro negro que nos espera a las clases media y baja si se aplica esta reforma fiscal, pues sin más impuestos los medicamentos y los alimentos subieron más de un 35%, imagínense con otras cargas impositivas. el gobierno debe reducir gastos, reducir la evación fiscal, quitar las excepciones, el barrilito y otros privilegios, para tener moral de hablar de reforma fiscal.