OPINION: El relanzamiento del INDEX
El presidente Abinader acaba de relanzar el Instituto de Dominicanos en el Exterior. Su discurso fue acogido con mucha alegría por quienes residimos fuera del país.
La luz de la esperanza, que se apagaba por el espeso manto de promesas incumplidas, volvió a brillar. Aunque nuestras remesas, representan la tercera columna de la economía, ningún gobierno nos ha dado facilidades. Solo, aumentos de impuestos
El PRM y aliados obtuvieron el 71.59 % de los votos del exterior. Una victoria aplastante, que compromete al gobierno a impulsar los cambios que por décadas hemos estados reclamando. Si no cultiva los resultados electorales, puede perderlos y ocurrirle lo mismo que al PLD, que solo obtuvo el 15.11%. “Una pela de carson quitao”. El alto porcentaje, le permitió arrasar con las siete diputaciones, que influyeron para lograr la mayoría.
En Panamá, el Index fue inaugurado el 9 de abril de 2019, por Miguel Vargas, quien en su discurso prometió que la institución se encargaría de los asuntos atinentes a la comunidad dominicana. En el acto, el embajador Rafael Tejeda expresó que los dominicanos residentes en el Istmo rondaban las 35 mil personas, las cuales en su gran mayoría se dedicaba a realizar trabajos poco remunerados y que el organismo supliría una necesidad fundamental.
Pero, las palabras se las lleva el viento. Dicha institución solo sirvió para nombrar algunos dirigentes del PRD, e incentivarlos a salir a las calles a buscar votos. La única medicina, que podía levantar de la cama al moribundo partido y aumentar el caudal del PLD, que con engaños y mentiras trataba de retener el poder. Por tal razón, nunca se le asignó presupuesto para que cumpliera las promesas.
Esperamos que, en este nuevo relanzamiento, no se repita la historia y que vaya acompañado de los recursos necesarios para que pueda cumplir su cometido. En Panamá está dirigido por Nicanor Honrado, un líder reconocido por su integridad y honestidad, quien ha comenzado a reunirse con los líderes comunitarios, quienes tenemos contactos directos con las personas más necesitadas de ayuda, por los efectos de la pandemia.
Ni siquiera nuestros diputados, han cumplido con la diáspora. Un buen ejemplo, es el clamor generalizado para que se modifique la ley, que prohíbe llevar vehículos usados con más de cinco años. Frente al desinterés de representantes, el Senador por San Cristóbal Franklin Rodríguez, sometió un proyecto de ley para que se aumente hasta diez años. Pero, sucumbió frente al poder del hombre del maletín de las agencias vendedoras.
Por lo que el diputado por la provincia Espaillat, José Miguel Ferreiras, presentó otro proyecto para que se aumente a siete años, el cual duerme en los archivos de la Cámara de Diputados. Mientras que, ninguno de los nuestros ha hecho nada para que se modifique una ley, que va en contra de los intereses de la diáspora. Solo se preocupan por los jugosos beneficios que reciben. Olvidándose de quienes los llevamos a ocupar las posiciones
JPM