OPINION: Haití, entre la anarquía y la guerra civil
En los últimos meses hemos observado un gran deterioro en la situación política de Haití, quizás como consecuencia de la constante crisis económica y social en que se desempeña esa nación vecina.
El asunto empezó por el escándalo de corrupción de los fondos de Petrocaribe, pero en este momento Haití se encuentra en una profunda crisis social y política que amenaza con degenerar en una guerra civil.
El gobierno de Jovenel Moise pierde cada día más apoyo en el pueblo y tiene cada día menos control de la situación social y política.
La Policía Militar está dividida en dos bandos, uno que apoya al gobierno y otro que no se sabe a quién responde.
El sector privado lucha por tener su propia seguridad y recurre al Paramilitarismo como forma de auto protegerse.
La seguridad ciudadana es cada día más crítica y el que tiene algo que perder evita salir a las calles por temor a ser secuestrado por los grupos que se dedican a esa actividad.
El gobierno se sostiene con el apoyo de los ricos y Estados Unidos que aún lo apoyan a regañadientes.
Los grupos privados y anárquicos están mejor armados que la misma policía y parte de la misma policía anda por las calles con sus armas pero no para poner el orden ni para defender el gobierno sino para otras cosas.
De no detener este deterioro muy pronto los dos bandos de la policía empezarán a atacarse entre sí y la guerra civil podría desatarse en la parte oeste de la isla de santo domingo.
Con una economía que no crece ni genera empleos y una comunidad internacional que no muestra una firme decisión de rescatar a Haití, esta nación se encuentra como barco a la deriva, sin rumbo y sin capitán.
La república dominicana tiene en Haití y su inestable situación política y social una grave amenaza, ya que cuando la situación se empeora allá sus ciudadanos solo atinan a salir usando como vía de escape la Rep. Dominicana.
Por más cráneo que se le dé a la situación de Haití no se encuentra la salida para que ellos puedan tomar la vía del progreso como lo ha hecho la Rep. Dominicana.
No hay un liderazgo nacional comprometido con el progreso de Haití y las grandes naciones del mundo solo lo ven como una fuente y no como un destino.
Al parecer solo un sector de los jóvenes que se quedan en Haití están dispuestos a luchar para sacar su país adelante, pero no parece que serían suficientes.
JPM