La vida es para duros
Por RAFAEL E. PANIAGUA
El pasado sábado, mi hermanita Gabrielle Marie (siete años) realizó su segundo entrenamiento de natación. Le pregunté: ¿cómo te fue? Y me respondió: “La vida es para duros; no es fácil, Rafa: el profe ni se rio, pero ¡lo hice bien, manito!”. Ella tiene toda la razón: a veces la vida no nos sonríe, aun así, tenemos que dar lo mejor de nosotros, esforzándonos por tener éxito en lo que hacemos.
Nadie te regala nada. Tenemos que luchar por lo que queremos: ya sea un mejor salario, un trabajo más cómodo, una calificación más alta… En los deportes, si queremos el primer lugar, debemos entrenar en equipo y con intensidad para obtener el resultado por el que trabajamos. En la vida, triunfar no es una opción: es la única. Hay que pensar en otras alternativas a las que no estamos acostumbrados y con las cuales nos podría ir mejor.
Solo tú decides, si permites que otros te guíen (seguir sus pasos) o, por el contrario, ser emprendedor y ser tú quien guíe. Esto es muy importante ya que hay momentos en los que no tendrás estos líderes y necesitas saber qué hacer. Debemos convertirnos en líderes. Para ello, necesitamos tener pendiente algunos aspectos como los siguientes: nuestras acciones producen reacciones, debemos reconocer que todo puede mejorar, generemos confianza, pero primero confiemos en nosotros mismos.
En el ámbito del trabajo, puedes plantear nuevos métodos para reducir el esfuerzo obteniendo el mismo resultado o uno mejor. En los deportes, debes crear confianza con tus compañeros y motivarlos porque que con dedicación y entrenamiento se pueden lograr grandes metas. Podemos superarnos día a día y como dicen Ponti y Ferrer: “Utilicemos provocaciones creativas”. Propongámonos nuevos proyectos, nuevas metas. Recordemos que, como dice Gabrielle Marie: “La vida es para duros”.
El autor es estudiante lasallista.