Reconocimientos fátulos para alegrar el ego

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La autora es periodista, locutora y directora del periódico digital Prensa Latina.net

Soy de las que dicen que un reconocimiento debe venir apegado de sacrificios, trayectoria y sobre todo esfuerzos.

En los últimos años he visto como se ha vuelto una modalidad y hasta un relajo dar galardones a diestra y siniestrara sin ninguna razón.

Por ejemplo es más difícil quizás visitar un familiar enfermo que esperar ser reconocido.

Conozco sujetos que ellos mismos se premian, comprando placas, pergaminos, medallas y demás, para que luego alguien se los obsequie.  ¡!Ay padre!! , a donde llegaremos.

Otro asunto que nunca ha dejado de existir es el tener que dar dichos reconocimientos  por compromiso, o por intercambio (tú me reconoces, yo te reconozco; muy común hoy día y al mismo tiempo carente de valor).

Si bien es cierto para muchos esto no significa absolutamente nada, para otros es como ganarse el premio mayor de la lotería, ya que su ego se alimenta de esa ficción.

Es cuestionable que instituciones u organizaciones con o sin fines de lucro reconozcan a supuestas personalidades sin ningún mérito por el mero hecho de tener un compromiso o por cumplir con agendas personales.

En muchas ocasiones se ha puesto en duda la validez de los reconocimientos ya que se supone que para la entrega de éstos deben ser cumplidos ciertos criterios y normativas  que no son tomados en cuenta. Pero, como dicen por ahí, “buscar reconocimiento fortalece el ego.

Desde niños nos han enseñado que si hacemos algo bien,  recibiremos de nuestros padres o algún adulto un gesto de aprobación o un premio. A través de  esta acción sutil se nos ha programado que somos merecedores de tal o cual cosa por lo que hacemos correcto.

¿Por qué será que muchos seres humanos se mueven esperando el reconocimiento de los demás?.  Conozco muy pocas personas que no esperan y anhelan un reconocimiento en forma de halagos y muchas veces sin merecerlo.

A veces nos resulta  difícil  reconocer  que el ego es el “yo” de cada uno de nosotros y el único  que busca brillar por  naturaleza a través de estos galardones.

La psicóloga Fernanda Glaser explica que el ego es uno de los componentes de la personalidad que permite conocer cuáles son las necesidades a satisfacer.  Agrega que el “yo” se entiende como una instancia del aparato psíquico, que, según la teoría freudiana,  diferencia lo externo de lo interno, ayudando a conciliar el «ello» con el mundo exterior. En ese sentido, dice, es una función que se adapta tanto a situaciones externas como internas.

¿Qué es lo que está pasando hoy día?; se necesita hacer un cambio radical y de visión con relación a los llamados “reconocimientos”, lo cual no es nada fácil.

El asunto consiste es saber reconocer los logros de los demás y permitir que la otra persona crezca a su ritmo, sin prejuicios, sin juzgarlos ni etiquetarlos.

El reconocimiento verdadero reside en la valoración de la gente en el trabajo, constante y serio, de las aportaciones que demos día día con el buen ejemplo, la palabra edificante. En el caso de periodistas y comunicadores,  es el aprecio, la preferencia del público por la calidad profesional de nuestro trabajo, en busca de una mejor sociedad.

 

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