El Movimiento Verde
El “Movimiento Verde”, promotor de las exitosas marchas verdes en diferentes lugares del país, tiene algunas características que lo hacen diferente a los habituales movimientos propiciados por los partidos políticos.
Es plural, polifacético y espontáneo, por esas razones se escuchan en las manifestaciones pronunciamientos y opiniones de todo tipo.
Dentro de esta amalgama, donde convergen las más diversas personas, no existen intereses políticos, ni influencias partidarias, por eso es tan difícil comprarlo, infiltrarlo y desacreditarlo.
El movimiento ha sido acusado de “sedicioso” que no es otra cosa que la insurrección contra el orden constitucional, algo que no responde a la realidad de los hechos, pues los que asisten a las marchas, son individuos a los cuales no se les da nada, no se les acarrea como ganado, y no se les amenaza con quitarles el empleo si no asisten, sólo los impulsa la indignación ante la impunidad y el descaro que se exhibe frente a un montón de casos de corrupción, que no se castigan de manera alguna.
Pretender vender la idea de que las marchas tienen una agenda oculta y que quieren desestabilizar al gobierno, es desconocer los hechos y tratar de tapar el sol con un dedo, los que apoyan públicamente el movimiento y los que desde sus casas se sienten complacidos con lo que ocurre, lo único que quieren es castigo para los corruptos, que terminen las componendas y que los políticos actúen de manera diferente, y dejen de creer que todos somos retardados mentales que no nos damos cuenta de los que ocurre a nuestro alrededor.
Lo que está ocurriendo en el mundo hoy en día, es una clara indicación de que la gente está harta del proceder de los políticos y sus partidos, y que no valen dádivas, promesas ni prevendas, cuando se traspasan todos los límites de lo tolerable, simplemente son barridos de la arena política y sustituidos por quien menos se espera.
Por eso se le teme tanto a las “marchas verdes”, porque estas son sinónimo de descontento, y este se traduce en pérdida de votos y de preferencias electorales.
Se le teme porque las cabezas son múltiples, las opiniones numerosas, la concurrencia multitudinaria, el apoyo evidente y además el movimiento no se desinfla como se esperaba, no importa que escuchen las conversaciones, lean los whatssap, espíen y amenacen, aquí el miedo a eso se perdió hace tiempo.
Ahora a lo que se teme es a los asaltos, crímenes y robos que se producen continuamente, a la marea ascendente de la delincuencia es a la que tienen que ponerle atención, y no a las protestas ciudadanas, y a los pronunciamientos que públicamente se hacen, amparados en una libertad de expresión de la que pueden hacer uso sin temor los dominicanos.
Cuando se actúe correctamente, se rindan cuentas, se transparenten los gastos del Estado y se castigue a los corruptos de todo tipo, las “marchas verdes” cesarán como por encanto.

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