Obispo de La Vega: Irrespeto a leyes y criminalidad preocupan RD
NUEVA YORK.- El obispo de la Diócesis de La Vega, monseñor Héctor Rafael Rodríguez Rodríguez, declaró aquí que la delincuencia, el aumento, consumo de drogas, el irrespeto por las leyes y aumento de la criminalidad es motivo de mucha preocupación en República Dominicana.
Al oficiar la misa en honor a La Virgen de la Altagracia, en la Catedral San Patricio en presencia de la primera dama dominicana, Cándida Montilla, dijo que la distribución de drogas y la violencia como que llevan la delantera últimamente en el país.
“Ante las dificultades que vivimos, no estamos solos, el Hijo y la Madre están con nosotros”, dijo.
Pidió a la Virgen cuidar nuestras vidas y el pueblo dominicano que tanto ama, y que interceda, bendiga y proteja nuestra patria y nuestros hogares, a fin de proteger la nación de la violencia, crímenes, asaltos y robos que están azotando el país.
Cerca de 1,600 criollos presentes en la homilía escucharon con sus cabezas bajas e imperceptible susurro al prelado.
Precisó hay que predicar la fe en las distintas dimensiones de la vida, porque la fe no es ajena a lo que ocurre en nuestro mundo, al hambre que pasa la gente, a las injusticias que se cometen, ni a la violencia que sufre el ser humano.
Llamó a los cristianos a no dejarse envolver en cuestión de poder, prestigio y espíritu de grandeza, ya que el papa Francisco llama a los pequeños ídolo del poder, la apariencia.
Añadió que estos ídolos solo traen consejos de tristeza, esclavitud y miedo, “y como dice María, busquemos ser humilde”.
Por su parte, el cardenal Timothy Dolan, alabó el gobierno dominicano y en varias ocasiones manifestó “¡Viva la Primera Dama de la RD”.
Acompañaron a la Primera Dama, el cónsul Carlos Castillo, el congresista Adriano Espaillat, la senadora estatal Marisol Alcántara asambleísta Carmen de la Rosa, el concejal Ydanis Rodríguez, el embajador y Jefe la Misión RD en la ONU, Frank Cortorreal. Ninguno se refirió a lo expresado por monseñor Rodríguez.
Montilla, por su parte, solo exhortó a la comunidad criolla en la urbe «a unir manos, corazones y voluntad, para nunca dejar de pedirle a nuestra amada madre espiritual lo mejor para RD».
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