(OPINION) Bernard Sanders: oportunista, «socialista» e hipócrita
Lo he manifestado en otras ocasiones por medio de otros artículos, que en las lides políticas, hay partidos, movimientos, líderes y/o procesos ideológicos, que en un determinado tiempo y espacio llegan a tener su «momentum» ayudado en gran medida, por determinadas circunstancias las cuales les son favorables.
Estas circunstancias, las que muchas veces suelen ser objetivas y subjetivas, concurren en una coyuntura dada, posibilitando con ello, el éxito rápido de una iniciativa o de un proyecto político. Le sucedió a Hugo Rafael Chávez Frías en Venezuela y al sátrapa Fidel (Hipólito) Alejandro Castro Ruz en la Sierra Maestra en Cuba, procesos que ambos pudieron materializar a plenitud y para desgracia de los pueblos que lo sufrieron.
En algunos casos, se da ese fenómeno de manera muy rápida, pero que , en el transcurso del mismo, no llega a despegar porque la realidad supera a la mentira y su personaje central se queda a mitad del camino. Este es el caso de senador norteamericano y aspirante a ocupar la oficina Oval de la Casa Blanca, Bernard «Bernie» Sanders, en el actual proceso electoral de primarias que celebran los partidos Republicano y Demócrata en los Estados Unidos, con miras a las elecciones presidenciales.
Siempre he sostenido que, para conocer las intenciones reales de los líderes políticos de hoy en día, hay que escudriñar su pasado reciente. Es la única forma en que no nos sorprenden y podemos visualizar a tiempo los fundamentos en que están basadas sus reales y verdaderas intenciones.
La popularidad de «Bernie» en todo el segmento poblacional de la juventud norteamericana en muchos estados de la Unión, obedece más bien al «esnobismo» político del cual hice mención al comenzar este humilde aporte de opinión y, sobre todo, a la falta de lectura sobre la vida de los personajes que nos roban la atención política en una determinada coyuntura.
Veamos en síntesis, sin ese «socialista» y «pacifista» como se vende él políticamente, va acorde con la conducta política asumida en determinados momentos de su vida y su rol político en la patria de Thomas Jefferson Randolph.
LA DICOTOMíA POLíTICA DE «BERNIE»
En las campañas electorales, los candidatos políticos se suelen vender como lo más óptimo y más idóneos de frente al electorado. Obviamente, muchos incurren en una gran falsedad y asumen una conducta hipócrita y en total desacuerdo con su real postura política que han asumido frente a determinados hechos.
Siempre he tenido el criterio en materia política, de que para mí, lo importante de un candidato político no es lo que prometa, sino lo que hace. Lo primero se lo lleva el viento y queda en puras retóricas; en cambio, lo segundo que es tangible, es realmente lo que cuenta y lo que afecta al ciudadano de una u otra forma.
A lo largo del proceso electoral, Bernie Sanders se ha «vendido» como un candidato opuesto a las intervenciones militares de los Estados Unidos y su influencia en la política de otras naciones. https://almomento.net/bernie-sanders-eu-no-puede-seguir-derrocando-gobiernos-en-al/199635.
Sin embargo, actuando como legislador, el mismo Sanders dio su apoyo con su voto en la Cámara de Representantes, para que la administración del presidente William Jefferson «Bill» Clinton Kelley interviniera en la Guerra de Kosovo en 1999.
Pero esta postura ambivalente de Sanders no quedó ahí, sino también que votó y dio su consentimiento como legislador para que el entonces presidente norteamericano George Walker Bush Pierce obtuviera más poderes para actuar en las guerras de Irak y Afganistán.
Estos dos ejemplos en el rol político de Bernie Sanders como congresista, dista mucho de su postura y de su imagen como un político «pacifista y opuesto» a las intervenciones militares de los Estados Unidos cuando el mundo lo requiere.
EL CINISMO Y LA HIPOCRESíA DE SANDERS
Creo sin lugar a dudas, que si hay un terreno fértil para la hipocresía y el cinismo político, ese terreno es el de la política. Como bien sabemos, el hipócrita es el individuo que busca dar una apariencia de la cual carece, que busca simular lo que no es. El rasgo característico del hipócrita, es lograr el beneficio propio por medio del engaño a los demás.
Cuando Sanders ganó su curul como legislador en el 2006, lo hizo como un candidato independiente que no formaba parte del Partido Demócrata. La razón que él argumentó para ese entonces fue que: «Yo no soy demócrata» y manifestó que: «De haberlo hecho, sería un hipócrita» . Pero, años antes de esas declaraciones (1986), había dicho: «El Partido Demócrata está en bancarrota y carece de ideología. Su ideología es el oportunismo». Como podemos ver, hoy en el 2016 y con miras a ser el presidente de los Estados Unidos, se postula en las primarias de ese partido, el cual desdeñó en el 2006.
Durante su campaña proselitista, la retórica «populista y socialista’ de Bernie Sanders, se caracterizado por enfilar sus cañones en contra de los bancos de Wall Street, queriendo negar y desprestigiar uno de los fundamentos sólidos de la economía de la Unión Americana y su poder político, no solo a nivel local sino mundial.
De igual manera, vive criticando a los demás candidatos por la forma en que reciben donaciones millonarias para sus campañas proselitistas (algo que es legal), pero oculta aviesamente que él ha recibido las suyas, como lo han sido las donaciones millonarias hecha por la National Nurses United (sindicato de enfermeras) para el comité de su campaña electoral.
Siempre se ha dicho, que entre dos males se debe escoger el mal menor. Pero, en este caso en particular en que está en riesgo la imagen, la grandeza y el futuro de la nación más poderosa que ha conocido la humanidad, los ciudadanos norteamericanos miembros del Partido Demócrata, deben tener sumo cuidado cuando hagan su elección.
Bajo este tenor, me parece que la mejor elección es no escoger a ninguno de los dos. Ni a Hillary Diane Rodham Howell Clinton, porque es la prolongación de la política errática, entreguista, genufleza y populista implantada desde hace 8 años por el moreno nacido en Hawai, el camarada Barack Hussein II Obama Dunham. Y mucho menos, al «socialista», oportunista e hipócrita de Bernard «Bernie» Sanders, por su postura demagógica y peligrosa, que bien pudieran erosionar aún más, los cimientos en donde descansa la grandeza de América.
Cada vez que lo veo o escucho las declaraciones del candidato Bernie Sanders en su lucha para obtener la denominación por un partido que él denostó en su momento y de esa manera postularse en la carrera a la Casa Blanca, me viene a la memoria la frase que una vez dijera Miguel de Cervantes y Saavedra:
«La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando la gente se da cuenta, ya es demasiado tarde»
jpm

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