De la política formal a la política real

En días pasados leyendo como de costumbre me topé con un artículo escrito por el profesor Melvin Peña, estratega en marketing y comunicación política. En el escrito, el maestro comenta sobre un libro el cual lleva como título “Fuego y Cenizas: Éxitos y Fracasos En la Política”, cuyo autor es el intelectual y periodista canadiense Michael Ignatieff.

 

La grandeza de este libro radica que en el mismo, Michael Ignatieff, plasma sus memorias luego de haber sido escogido para liderar el Partido Liberal Canadiense el cual asumió en un sólido segundo lugar encabezando la oposición y al retirarse en un periodo de cinco años lo dejó sumido en un lejano tercer lugar, perdiendo su primacía como cabeza de la oposición.

 

Tras recibir la propuesta de parte de tres comisionados en representación del Partido Liberal Canadiense, el cual iba en picada,  los cuales le manifestaron la intención de llevarlo como candidato a primer ministro de ese país, Ignatieff, luego de haber pasado la mayor parte de su vida viviendo en Estados Unidos y en el Reino Unido, impartiendo las cátedras de Derecho y Ciencias Políticas en Harvard y otras universidades, recogió sus maletas y volvió a su país de origen con la ilusión de convertirse en el Jefe de Gobierno.

 

Lo más lejos que pudo llegar Ignatieff  fue a ser parlamentario y al cabo de cinco años, luego de ser el líder de la oposición, después de innumerables desaciertos,  renunció de la política y volvió a su oficio habitual de impartir docencia.

 

Cuenta Ignatieff que de lo primero que se dio cuenta tras llegar a su país y asumir las riendas del principal partido de oposición de Canadá, es que la real política no se aprende en  libros ni en cabeza de nadie, sino lanzándose al ruedo.

 

Que decir la verdad o las cosas como el político las piensa es un costo que a veces no se puede pagar, si se quiere llegar al poder para motorizar transformaciones sociales trascendentes.

 

Que llegar al poder no significa necesariamente llegar a ser el primer mandatario de una nación.

 

En su artículo el profesor Melvin Peña plasma las 15 lecciones que aprendió del Michael  Ignatieff y nosotros por su importancia transcribimos 14 en este escrito:

 

1-El primer reto de un político es poder contestar a la pregunta: “¿Por qué quieres llegar a ser?

 

2-La labor esencial de un político es definir su narrativa, controlarla y tratar de imponerla, todo lo demás es incontrolable.

 

3-El político tiene que tener el sentido de oportunidad, para no precipitarse o para que no se le pase el momento oportuno de actuar.

 

4-Los políticos exitosos son como los yudokas: vencen al adversario con su propia fuerza. Las debilidades del contrario se encargan solas de hacer su tarea.

 

5-La perseverancia es la clave de la política.

 

6-Tienes que demostrar ambición de poder, que llegaste para ganar y quieres ganar y que te lo estás tomando en serio.

 

7-Que la política es física, como el deporte, literalmente, que hay que sudar la camiseta.

 

8-No vale que los medios te pongan atención, si en la distancia corta no conectas con la gente. Si cuando llegas a una provincia, municipio o demarcación, no conoces la problemática.

 

9-Que la política es pre internet. No hay otra manera, en el fondo, aunque Internet haya introducido cambios en la forma.

 

10-Que la política y los políticos son importantes, imprescindibles, porque son los componedores de un revoltijo de intereses sociales en conflicto. Alguien tiene que dedicarse al trabajo de concertar.

 

11-Que no debes convertir a los adversarios en enemigos, porque en algún momento los vas a necesitar.

12-Que cuando las cosas salen mal, no vale quejarte ni ofrecer explicaciones: la gente no te escuchará.

 

13-Que los políticos son siempre artificiales. Por más natural que luzcan, algo de artificialidad siempre hay en sus acciones… pero deben lucir siempre naturales, porque si no, no vale.

 

14-Que la política te lleva a rincones geográficos y de tu interior a los que no habrías llegado jamás si no fuera por ella.

 

Luego de observar estos puntos recogidos por el profesor Melvin Peña, tomados de las memorias del autor, cuya grandeza como dijimos al principio y describimos en varios párrafos radica en que fue político y fracasó en su intento por llegar al poder, podemos manifestar que en política no hay espacio para la improvisación.

 

El político que no conoce la realidad social de su pueblo y no controla su narrativa está condenado al fracaso.

 

Estas pautas deberían ser tomadas muy en cuenta por los miles de dirigentes políticos que están detrás de ocupar la presidencia de la República, las 32 senadurías, las 210 diputaciones incluyendo las del Parlamento Centroamericano, las 158 alcaldías e igual número de vicealcaldías, las 234 direcciones e igual número de  subdirecciones de distritos municipales, las 1,164 regidurías e igual número de suplentes a regidores y los 730 vocales e igual número de suplentes a vocales de juntas municipales que han de disputarse en los próximos comicios electorales del próximo 15 de mayo.

 

Jpm

Compártelo en tus redes:
ALMOMENTO.NET publica los artículos de opinión sin hacerles correcciones de redacción. Se reserva el derecho de rechazar los que estén mal redactados, con errores de sintaxis o faltas ortográficas.
0 0 votos
Article Rating
guest
1 Comment
Nuevos
Viejos Mas votados
Comentarios en linea
Ver todos los comentarios