Padrinos por Haití, ayuda a distancia a niños de ese país
ECUADOR.-Desde abril del año pasado, un grupo de voluntarios ecuatorianos tiene un vínculo fuerte con un poblado en Haití.
Estudiantes, maestros y directivos de la Unidad Educativa Bilingüe La Inmaculada conforman el equipo que dirige en Guayaquil la promoción del programa de apadrinamiento de niños en la localidad de Petite Riviere de L’Artibonite, en Haití, donde menores de escasos recursos acceden a la educación gracias a la contribución de ecuatorianos.
‘Padrinos de Haití, reconstruyendo una isla’ es una iniciativa que nació luego de que la hermana Esthela Chicaiza Rodríguez, compatriota residente en esa localidad, compartiera con las religiosas de la comunidad la situación de los menores de escasos recursos.
“Es una labor cuyo único interés es seguir a Cristo en el servicio a los más pobres en la educación de este, por ahora, pequeño grupo de niños”, dice Máster Tania Poveda, coordinadora del proyecto.
Agrega que esta comunidad de hermanas, docentes, padres de familia, estudiantes y administrativos está inspirada en la frase: “Nada hay más importante que la educación de la niñez y de la juventud, pues de ella depende toda la vida”, del beato Juan Martín Moyë. La hermana Esthela es el nexo con los pequeños beneficiarios, cuenta Poveda.
Por la distancia en cuanto a la ubicación del poblado y el limitado acceso a internet, la respuesta a los correos electrónicos en la que se especifica la ayuda y la lista de padrinos interesados demora en ser respondida.
“Ella debe hacer uso del internet de la parroquia más cercana (casi a 2 horas a pie) donde la electricidad es producida con una planta portátil que funciona con gasolina, si es que hay gasolina”, recuenta y añade que otra manera de comunicarse es por celular. “Claro, siempre rogando que no haya tormentas que corten las señales de internet y de celular totalmente”, menciona.
Ochenta dólares en efectivo, cantidad que se donaba hasta el año pasado, sirve para que cada uno de los niños afiliados al programa reciba uniforme, útiles escolares y el año de estudios. “El dinero lo reciben las hermanas y ellas lo administran para cada uno de los niños. Es decir, ellas ven que cada niño de la lista que previamente han mandado reciba lo que le corresponde”, dice.
Para que los infantes se beneficien, se los incluye en la lista que proveen las hermanas de la comunidad residentes en Haití. Los ahijados son habitantes de la zona de Plassac. “Aspiramos ampliar esta ayuda, trabajando con los padrinos para hacer un intercambio de cartas y de ser posible envío de algún presente”, añade la directiva. (I)
harian un mejor papel si se llevaran un millon 1,000.000 de esos haitianitos para ecuador y cuando crescan te comeran los ojos como el cuervo pues esas jentusas no saben agradeser.
así mismo que los ayuden, pero allÁ en haití!