La pesadilla chavista pica y se extiende…
Al morir el dictador venezolano Hugo Chávez, los demócratas de todo el mundo pensaron que a la pesadilla inaugurada por él, no le quedaba mucho tiempo de vida.
Sin embargo, ya vemos que estábamos equivocados los que así pensábamos. Puesto que ya el heredero del trono dictatorial, Nicolás Maduro, tan tirano como su mentor, después de haber sido seleccionado a dedo por el difunto y fraudulentamente elegido, ha rebasado el segundo año de su pesaroso régimen, siendo los planes del chavismo funesto, mantenerse en el poder por siempre, tiranizando a los venezolanos.
El próximo día 6 de noviembre, se celebrarán en ese país “elecciones” para elegir a los nuevos miembros de la Asamblea Nacional. Las que desde ya se sabe cuales serán los resultados, conociendo la determinación que allí prima de evitar por todos los medios que la oposición resulte triunfadora.
Todo el mundo sabe perfectamente que en Venezuela, donde reinan el nepotismo y la corrupción; donde el dictador monitorea todas las instituciones que conforman el Estado “bolivariano” y la llamada Asamblea Nacional es también controlada por el todo poderoso Diosdado Cabello, socio mayor de la estructura mafiosa que controla la nación, no hay condiciones para la celebración de elecciones democráticas.
Ya el CNE y el troglodita dictador de marras, han señalado que no permitirán la supervisión extranjera de su mamotreto electoral. Ni siquiera la supervisión de sus amigotes y cómplices de UNASUR, pues alega el folclórico dictador, que allí nadie tiene que ir a supervisar nada. Que solo permitiría a estos, si es que acepta su presencia, servir de acompañantes pasivos, no de observadores calificados.
Se sabe que estos de UNASUR siempre han apañado a ese régimen dictatorial desde los tiempos del alocado caudillo fallecido. Y de la OEA ni hablar, ya que ese organismo regional es totalmente inoperante. Es altamente preocupante la cofradía que hay entre estos organismos regionales con un régimen violador constante de los derechos humanos de sus ciudadanos, no solo con la represión violenta sino también por como los somete a los pesares que padecen actualmente, a ojos vista.
Por lo tanto, debido a la poca confiabilidad que muestran esa instituciones regionales, seria bueno que otros organismos internacionales, como la Unión Europea, por ejemplo, participen como observadores calificadores.
Y es que hay gran diferencia entre el acompañamiento y la observación calificada. La observación es más profunda debido a que se usan protocolos de supervisión que implican la toma de suficiente tiempo para formar un equipo de expertos de distintos países, con pasos detallados que se deben seguir; donde se monitorean los medios de comunicación del país donde van durante meses, analizan el registro electoral, llevan analistas de opinión publica y expertos en leyes electorales.
Mientras que la Unión Europea y la OEA usan la observación calificada, la Unasur, al no tener en su agenda ni contar con esos protocolos, solo se ha abocado, cuando ha visitado a Venezuela en calidad de invitada a eventos electorales como simple acompañante, a permanecer dos días antes de las elecciones, retirándose sin obviamente, haber supervisado el proceso, lo que la descalifica para esos fines.
De manera que de no permitirse una supervisión de observadores calificados para monitorear las premisas esenciales que garanticen un proceso limpio y creíble , lo que va a ocurrir allí es que van a hacer lo que les plazca sin tener el pueblo y la oposición venezolana, ninguna garantía de que por lo menos el fraude y las violaciones a cometerse van a ser desvelados por veedores imparciales.
Quisiera que alguien me demuestre que esta negativa a ser supervisados y que a lo que el chavismo populista ha sometido al pueblo venezolano, violándole su derecho a obtener de manera fácil y expedita los alimentos, medicinas y otros productos básicos, agrediendo al empresariado, la libertad de prensa, propiciando con sus políticas, enorme escases, el aumento de la delincuencia y una inflación que es record en el mundo, entre otras violaciones, no es violar los derechos humanos.
Chávez y Maduro han colocado a Venezuela al borde de una crisis humanitaria. Lo que se está dando allí son situaciones que únicamente se presentan en medio de crisis provocadas por conflictos bélicos de envergadura. Los saqueos ocurridos en San Félix, estado de Bolívar el viernes pasado, donde murió un joven, y los ocurridos el martes, en Valencia, en el estado de Carabobo, son una prueba contundente de lo que puede desatarse de forma generalizada en cualquier momento.
De modo que ahora que los precios del petróleo rondan los 45 dólares el barril, con lo que no pueden solventar las masivas importaciones de alimentos y demás productos básicos, el pago de la deuda y mucho menos sostener sus políticas de dádivas populistas, la pesadilla chavista, hoy dirigida por un impopular Nicolás Maduro, pica y se extiende…

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