Grecia y Puerto Rico

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EL AUTOR es estudiante de Gestión Financiera. Reside en Santo Domingo.

Por JOSÉ A. TAVÁREZ
 
No es ajeno, casi para nadie, que Puerto Rico y Grecia están sumergidos en un océano económico que cada vez se vuelve más profundo. Alcanzan deudas que casi superan sus respectivos Producto Interno Bruto (PIB), sin solvencia ni poder optar por créditos.
 
Ambos países piden ayudan, Grecia solicita un rescate económico por parte de la Unión Europea (UE), mientras que Puerto Rico se declara en default o receso de pago apegándose a la ley de bancarrota. Pero Puerto Rico en América Latina no corre con la misma suerte de Grecia en la Unión Europea.
 
Grecia decidió mediante referéndum convocado por su Primer Ministro, Alexis Tsipras, que no seguirían imponiendo más medidas de austeridad, presionando a la UE a tomar nuevas medidas de rescate a favor de Grecia y, de lo contrario, saldrían de la comunidad europea. Tsipras tiene un alto nivel de aceptación entre sus conciudadanos condición que le ha permitido desafiar a la Troika (Fondo Monetario Internacional, El Banco Central Europeo y la Comisión Económica Europea).
 
Para la Unión Europea, Grecia no representa mucho económicamente. El Aporte griego al Producto Interno Bruto (PIB) de la Comunidad Europea ronda el 1%, porcentaje insignificante para dicha comunidad. Por otro lado, el factor psicológico juega un papel muy importante en las decisiones financieras y políticas. Los números son fundamentales, pero también lo es, el papel que juega la psicología en este aspecto.
 
Si la UE deja de apoyar a Grecia y decide optar por apartarla de los países que la componen, es un llamado a otros jefes de estados a que, si hay problemas grandes lo mejor sería salir de la comunidad europea. En esto la UE tiene que actuar con manos fuertes y no permitir dejar de lado a Grecia, aunque deben ponerle límites o condiciones especiales para volver ayudarle o rescatarla.
 
Cruzando el Océano Atlántico, Puerto Rico no corre con la misma “suerte” de Grecia. La primera nación pertenece a Estados Unidos, no como un estado. Los puertorriqueños gozan de los beneficios de ser ciudadanos de EEUU pero no del universo de sus leyes.
 
Declararse en bancarrota para el apoyo del gobierno norteamericano es una medida con muy poca posibilidad de materializarse. Al no tratarse de un estado regular, el gobierno norteamericano no tiene necesidad de rescatarle económico y financieramente. Aquí es donde se encuentra el problema para los puertorriqueños.
 
Hillary Clinton, perteneciente al partido Demócrata y aspirante presidencial para las elecciones nacionales de noviembre de 2016, pidió al gobierno que se le rescate, pero el partido Republicano, el cual controla el congreso de Estados Unidos, no está a favor de dicha iniciativa.
 
Será que definitivamente la solución a los problemas económicos y financieros que les afecta se encuentra plasmado en un libro muy viejo de economía llamado: “La Riqueza de las Naciones”, de Adam Smith, donde se plantea que las naciones más ricas son las que producen más bienes y servicios y no las que más dinero tengan?
 
Es un hecho, que la solución de los problemas que aquejan a referidas naciones  se enmarca en el largo plazo, por lo menos de 10 años. Puerto Rico y Grecia deberán cambiar su modelo económico radicalmente y aplicar un plan de austeridad sumamente estricto. Pero algo es seguro, no serán los únicos países que se escuchara en condiciones de bancarrota durante los años por venir.
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