Presagios de la Guerra Civil en EE. UU.
La Guerra Civil de los Estados Unidos de Norteamérica, también llamada de Secesión, se libró desde el 12 de abril de 1861 hasta el 26 de mayo de 1865. En ella perdieron la vida cientos de miles de combatientes y una mayor cantidad resultaron heridos y mutilados.
Las fuerzas enfrentadas fueron por un lado el norte industrializado (conocido como La Unión), integrado por Estados partidarios de la abolición de la esclavitud de los negros. En el lado contrario estaba La Confederación, formada por los Estados del sur, que tenían un sistema de producción agrario y se habían separado de La Unión, al tiempo que se negaban a eliminar o tan siquiera aminorar los rigores de la abominable esclavitud.
Uno de los motivos que fueron formando la ristra de eventos que culminaron con la sangrienta Guerra Civil de EE. UU. fue el proceso judicial rocambolesco que involucró al esclavo negro Dred Scott, que fue traslado por su amo del sur esclavista al norte abolicionista. Él quiso beneficiarse del llamado Compromiso de Missouri, que involucraba a Estados esclavistas y no esclavistas.
El 6 de marzo de 1857, en una infame sentencia que manchó la dignidad de la justicia de EE. UU., la Suprema Corte, encabezada por el juez Roger Brooke Taney, decidió extender la esclavitud a todo el territorio de ese país bajo el alegato sin fundamento de que los negros no tenían calidad de ciudadanos y que, en consecuencia, no podían litigar en un tribunal de ámbito nacional.

Dicha decisión tenía como mensaje central que la referida Transacción de Missouri carecía de sustento constitucional, lo cual era un absurdo. Además, los elementos fácticos de la misma transmitían la errónea idea de que el Congreso no tenía potestad para impedir que se aplicara la esclavitud en cualquier territorio ni para despojar a los blancos de sus esclavos negros. Los jueces actuantes se apoyaron en la denominada Doctrina de John Calhoun, un esclavista redomado que sostenía que la esclavitud era “un bien positivo”.
Esa vez la dignidad judicial de EE. UU. fue parcialmente salvada por el voto disidente del juez Benjamín Robbins Curtis. Él señaló que el mencionado esclavo Scott tenía derecho a reclamar justicia en un tribunal federal. Se basó en que muchos Estados del norte les daban categoría de ciudadanos a los negros y habló de la premisa constitucional sobre “el debido proceso de ley”.
Un estudio de la historia judicial estadounidense permite señalar que sólo una vez antes de la susodicha sentencia la Suprema Corte había emitido (en el 1803) una decisión tan conflictiva en el ámbito de la constitucionalidad. Fue en el conocido caso Marbury-Madison, empapado de intereses políticos.
Marbury había sido designado por el Congreso juez de paz del Distrito de Columbia junto con otros 40 jueces a fines al presidente John Adams, cuyo mandato ya concluía. El Senado hizo la confirmación de rigor y el aludido mandatario firmó los nombramientos, pero a James Madison (que era a la sazón el secretario de Estado) no le alcanzó el tiempo para firmar ni entregar el acta correspondiente a cuatro de dichos magistrados, incluyendo a su acusador de marras.
James Buchanan había tomado posesión como presidente de USA dos días antes de aquella malhadada sentencia. En una insospechada ingenuidad política se adelantó a informar en su discurso inaugural que el más alto tribunal de justicia iba a decidir “en qué punto del tiempo” cada Estado decidiría en favor o en contra de la esclavitud. Sin meditar sobre los alcances de sus palabras proclamó que apoyaría dicha decisión. Obviamente se produjo en los despachos judiciales un fallo que dejó en clave de írrito el deseo de Buchanan.
En medio del torbellino que cubría la sociedad estadounidense el prestigioso abogado y político Abraham Lincoln dijo que esperaba “que no se caiga la casa…que La Unión no se disuelva…” Deduzco que en la mente de ese personaje trascendental en la historia mundial habitaba el pensamiento bíblico del evangelista Mateo cuando proclamó que “todo reino dividido contra sí mismo es asolado”.
Una de las bases para dicha confrontación bélica fueron los siete debates electorales que en el 1858 sostuvieron en Illinois Lincoln, que era republicano y el senador demócrata Stephen A. Douglas, que retuvo su escaño. El último era un ardiente partidario de la esclavitud de los negros en USA. Pretendió acorralar a Lincoln con una serie de sofismas. Finalmente lo acusó de buscar una lucha fratricida. Incluso para reforzar su opinión esclavista hizo uso de lo que se conoce como “legislación hostil”.
Otra decisión que contribuyó a la Guerra Civil en EE. UU. fue la que tomó en el 1859 el tribunal supremo del Estado de Wisconsin, al establecer que la Ley sobre esclavos fugitivos de ese año estaba fuera del marco constitucional. Bajo ese motivo la dejó sin efecto para favorecer a un blanco que había aprehendido a un negro que se le escapó. Los jueces de dicho órgano judicial establecieron que en ese caso la justicia federal actuó con “un poder no delegado, nulo y sin fuerza”.
Vale recordar otro de los hechos que sirvieron de antesala a la contienda armada objeto de esta crónica: En los Montes Apalache, en la zona de Virginia, un ciudadano blanco de nombre John Brown quiso fundar, el 16 de octubre de 1859, una república abolicionista. En horas de la noche de ese día llegó allí el entonces coronel esclavista Robert E. Lee, apresando y poniendo en manos de la justicia a ese luchador en favor de los negros. Con eso puso fin a ese intento de libertad de los negros esclavos.
Sobre ese caso: “El 31 de octubre de 1859 el jurado emitió su veredicto de culpabilidad por asesinato criminal y traición contra el Estado de Virginia por John Brown…fue ahorcado el 2 de diciembre de 1859”. (Breve historia de los Estados Unidos. Editora Fondo de Cultura Económica, México, 1997.Pp338 y 339. Samuel Eliot Mousor, Henry Steele Commanger y William E. Lenchtenbury).
Uno de los presagios finales de la Guerra de Secesión que de 1861 a 1865 fue el discurso del senador de Mississippi Jeffenson Davis en el Senado el 12 de abril de 1860.Se negó apoyar un proyecto de ley para crear fondos en favor de la educación de los negros. Dijo: “Este no es un gobierno de negros para negros, sino de blancos para blancos”, añadiendo que: “En realidad la desigualdad entre la raza blanca y la raza negra está marcada al nacer”. (Marcados al nacer (investigación histórica). Editora Perguin Random House, primera edición 2021.P13. Ibram X. Kendi).
jpm-am

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Conservadores tratando de conservar y liberales tratando de avanzar. Esa ha sido la lucha continua en USA.
Yo digo que esta es la continuación de aquellla. Esta no ya basada en razas y en esclavitud per se pero si en derechos de ambos géneros en cuanto al uso de sus cuerpos pricipalmente el género femenino en cuanto al aborto y de ambos géneros en cuanto a la sexualidad. Y, como siempre, conservadores tratando de conservar y liberales tratando de avanzar.
Muy edificante