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2016: ¿continuidad o cambio real en RD?
Analizando lo expuesto en la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), que se realizó recientemente, hay ideas que no se deben ignorar.
La de Danilo Medina: «Antes en la contienda política era solo vencer, ahora es convencer”.
La de Leonel Fernández: «No descalifiquen moralmente a los interesados en la política»
La del pueblo: Tendencias, encuestas y marchas de personas, no garantizan el triunfo, ni la lealtad a un candidato.
Muchas encuestas son manipulables y para los candidatos, los porcentajes que anuncian técnicos encuestadores funcionan como los faroles para los borrachos: les sirven para apoyarse en ellos, momentáneamente, la gente es voluble.
Fuera ideal demostrar que las encuestas mejoran el discurso e iluminan los planes de un candidato para buscar nuevas salidas, con nuevos votantes.
Pero, eso aquí es imposible, la encuesta se usa para intimidar al oponente y ya.
Todos opinamos y al final ganará el que amarre con promesas los votos de las mayorías.
Después, cobrar lo prometido es harina de otro costal, y por eso hay y habrá miles de tránsfugas de último minuto en los partidos.
Estrategia para ganar es usar varias trampas, como la exclusión de votantes, dislocamientos de mesas, y suplantación de ciudadanos.
Nada nuevo bajo el sol.
Eso es lo que se debe vigilar junto a la compra de votos. Entonces, ¿Se podrá creer en el jefe que aspira a quedarse, o en un nuevo jefe que quiere llegar al poder?. Todos prometen y confiamos en que nos cumplan.
Solo existe un común denominador: Ud. y yo queremos lo mismo. Progresar.
Mayoría se va con el que te asegure tu futuro y ese es el problema en RD, ya no hay valores ni mística, eso se lo dejamos a los poetas y soñadores.
Vergüenza contra dinero no se impone, sino hay acuerdos y promesas que avalen tu sacrificio.
Esta sería una explicación para entender y justificar a los encuestadores, ya nadie quiere que sigamos viendo y escuchándolos, a pesar de ser los más claros perdedores de estas elecciones. Nadie les cree. Las encuestas no determinan nada.
Tampoco los analistas se han lucido. Ya sea porque asumieron las cifras de las encuestas o porque no disponían de mejores elementos para acercarse a los números finales de esta contienda.
Socialmente veo una tendencia producto de un cambio generacional y a un ingreso a la política de mucha gente nueva que espera le den un chance como dicen en Quisqueya.
Los viejos líderes aferrados a largos períodos de gobierno no se han visto desplazados por otra gente, de los dos sectores, el propio, o del adversario, en estas elecciones, por eso no hay cambio real.
Un cambio es saludable para la salud de la democracia y puede hasta revitalizar la vida política.
También podría leerse como una sabiduría popular mayor que la que le atribuyen los dirigentes.
En mayo 2016, veremos anuncios como este: 40.9% de PLD y aliados y 40.5% del PRM y la ampliada convergencia. Eso no nos da el 50% mas 1, necesario para ganar en 1ra vuelta. Hay casi un empate.
Pero hay un 10% firme que está aún, no definido y el resto es de abstención o indiferencia a todo.
¿De dónde saldrán esos votos necesarios y silenciosos y con qué discurso?
Pareciera que en la decisión final de cada votante se demostrará si hay una 2da vuelta, que es donde se tira el voto de conciencia, como el decisivo, es el llamado voto conveniencia. Es decir, «a quién me uno para estar en caravana del triunfo»
Hasta hoy nuestros partidos se sustentan en el personalismo, no en posiciones de principios, debido a eso los liderazgos no son por ideas políticas, sino por lealtad personal.
Esto crea mucho malestar que escapa a los deseos de los líderes, que bien les gustaría tener contento no solamente a todos los de su partido, sino hasta los miembros del partido contrario u aliado.
La única manera de crear partidos doctrinarios en RD, sería limitando el poder discrecional y ejecutivo del presidencialismo, estableciendo un fuerte régimen parlamentario, que por su misma naturaleza no puede funcionar en base al amiguismo, sino en base a criterios políticos y en el cual, debido a la práctica del debate parlamentario los mismos políticos se depuran y forman bloques sin esperar que le bajen la línea.
En ese escenario, el debate será ciertamente un elemento de enorme peso con cabezas que aporten y demuestren que no son borregos cobrando muchos miles para justificar acciones de un presidente semi dictador.
Limitar al Ejecutivo, depurar y votar por un Legislativo vigilante y engrandecer el poder Judicial con jueces que tengan bragueta y paren los no ha lugar ordenados por los influyentes.
Eso queremos los jóvenes.
johnnysanchez1147@yahoo.com
