12 Years A Slave: mejor película en los Oscares
La esclavitud es una de las páginas más oscuras de la historia de la humanidad. Incluso, en las películas dicho periodo de la historia ha sido sesgado y no había visto la luz cinematográfica con los privilegios que se merece, hasta la producción “12 Years A Slave”. Esta es, sin duda alguna, la obra maestra de Steve McQueen, y es de esas películas que muestra con profundidad la idiosincrasia frívola del ser humano. El poderío dramático de esta película, radica en que es un material explícitamente realista y emocional que, además de funcionar como alegoría hacia el racismo universal, es un cine hecho para romper tabúes; para romper paradigmas – un cine que no teme al expresar el vergonzoso pasado de una nación. Por eso anota en grande con una dirección magistral, con un formidable diseño de producción, con unas actuaciones memorables, con un guion bien estructurado y con una banda sonora (de Hans Zimmer) extraordinaria; además de ganar el Oscar a mejor película del año. Nada de eso falla a la hora de componer esta obra maestra; y debo decir que, aun no sabiendo la historia verdadera de Solomon Northup, del libro «Twelve Years A Slave», terminé con lagrimas en los ojos al ver los estragos cometidos contra el negro. Esa historia comienza en 1841 en Saratoga Springs, New York, donde Solomon Northup (Chiwetel Ejiofor) es un negro libre, y como tal, disfruta de la libertad mundana con su familia; en una América cubierta por el racismo y la esclavitud. Todo va bien, hasta que un día es drogado, secuestrado y vendido como esclavo en el sur profundo; donde pasará por las manos de varios terratenientes malvados para sobrevivir… Además de la historia que nos narra, esta película es, también, una descripción de actuaciones chocantes. Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender y Lupita Nyong'o (actriz nueva) exceden su poderío actoral para dejar fluir las emociones de sus personajes. Así nos adentramos en lo que piensan, ya sea Ejiofor con su cara de desesperación, o Fassbender con su maligna verborrea; y también sentimos lo que sienten. Lo hacen bien, pero es en realidad la interpretación de Lupita Nyong'o que nos hace saber por qué se gano el Oscar a mejor actriz de reparto. Simplemente sobresaliente. Por otra parte, el británico Steve McQueen se ha convertido en el primer director de raza negra en ganar el Oscar a mejor película. Probablemente ya sabe que hizo historia, pero lo especial es que, en sus films, crea arte junto a la condición de sus actores. Su forma de mezclar el arte con la condición humana es indistinguible. Una prueba de eso fueron sus dos primeras películas: «Hunger» y «Shame»; donde exhibe esa condición humanista con unos estruendos escénicos agobiantes. 12 Years A Slave es diferente; es un film donde los caminos de libertad se recorren a pasos de esperanza y es, además, una película que nos convierte en testigos de las atrocidades raciales. El guion de John Ridley (ganador del Oscar por Guion adaptado) posee escenas tan perfectamente construidas que, pensé que la acción desempeñada por los actores, en esos planos, sucedía en realidad. Irónicamente, esta experiencia visceral nunca hubiese ocurrido si los antepasados de Steve McQueen no hubieran sido esclavos. Y ya que ellos murieron cosechando los frutos de su emancipación, 12 Years A Slave, funciona como un testamento cinematográfico inigualable que ejemplifica las crueldades por las que pasaron los esclavos. Esto nunca se ha visto en el cine, y es tan real que nos hace ver la historia con la otra cara de la moneda, es decir, la que siempre había sido bloqueada con el escudo de la vergüenza. Visite Cinefionado.com