Venezuela rechaza infome del CIDH sobre protestas en Nicaragua
Washington, 11 jul.- Venezuela mostró hoy su apoyo al Gobierno de Nicaragua, presidido por Daniel Ortega, y rechazó «categóricamente» el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la situación que vive el país centroamericano por la crisis sociopolítica.
«Rechazamos categóricamente el informe. Es un informe parcializado y carente de objetividad, que tiene como objetivo validar acciones delictivas», señaló la secretaria de la misión venezolana Sara Lambertini, durante su intervención ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Lambertini se refirió al análisis que presentó hoy el secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrao, en el que confirmó que, desde el comienzo de las protestas en abril hasta la fecha de hoy, 264 personas han perdido su vida y más de 1.800 han resultado heridas.
Además, en esa indagación, Abrao denunció que las personas detenidas por las autoridades nicaragüenses a raíz de las protestas han sido víctimas de «violencia, malos tratos e incluso tortura antes de ser trasladadas a la sede de la Policía Nacional».
No obstante, la representante de Venezuela aseguró que Nicaragua está sufriendo «una ola terrorista», cuyo único objetivo es materializar un «golpe de estado» contra un Gobierno, el de Ortega, «legítimo, democrático y constitucional».
«En Nicaragua, minorías violentas altamente organizadas y financiadas desde el exterior y movilizadas por un ideología de odio han actuado de un modo cruel y barbárico, secuestrando a cientos de inocentes e incendiando muchas propiedades», dijo Lambertini.
De acuerdo a su exposición, estas «atrocidades» han sido ignoradas «por un grupo de países que niega la capacidad de las autoridades nicaragüenses a defenderse».
En ese sentido, Lambertini afirmó que estas naciones usan la OEA y la CIDH «como agencias para presentar perversamente como víctimas a agentes de violencia a la vez que intentan criminalizar a las autoridades locales».
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Ortega también como presidente.
Las protestas contra el Ejecutivo comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en un reclamo de la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.
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