Una semana santa especial
Varias repúblicas de América Latina, están viviendo una situación de incertidumbre, debido al alto nivel de delincuencia social. lo cual refleja, en gran medida, la ausencia de Dios en las personas que las componen. El latrocinio y todos sus derivados evidencian que muchos no creen en Dios, a pesar de que existe. El hombre ha prostituido sus caminos y ahora está recibiendo la consecuencia de dicho extravío.
La cruda realidad que vive Siria, y otras naciones de esa latitud, con la amenaza de originarse una tercera guerra mundial, tiene al mundo en vilo. ¿Qué pasará en los próximos meses? Estados Unidos de América, acaba de hacer explotar una de las bombas más potentes, que no incluye reactivo nuclear, en Afganistán. Recientemente, bombardeó un lugar de Siria, en respuesta a uso de sustancia química que mató varias decenas de personas.
Una semana santa especial, Rusia, también ha hablado de su armamento, enviando barco armados a la región de Siria, y Corea del Norte, amenaza con más experimentos de misiles. Mientras que China, quiere el uso diplomático, el diálogo. Parece, que todo esto se torna difícil de entender, y más difícil de solucionar.
El cristianismo, está en medio de todo esto, primeramente se atribuyó que fue quien destruyó, la Unión de Repúblicas soviéticas Socialistas (URSS), a principio de la década del 90; aunque en realidad no fue así, puesto que fue la doctrina de la perestroika, de M. Gorbachov, la que dio paso a esa desaparición, o reestructuración. Isis, o Estado Islámico, ataca a los cristianos de una manera inmisericorde, buscando contraatacar al cristianismo, y defender una interpretación radical de la religión del Islam.
Una semana santa especial, en la cual se debe recordar la última semana de Jesús, el Cristo, quien es el Hijo de Dios, viviendo y muriendo y resucitando en la ciudad de Jerusalén. Aquella fue una semana especial en el mundo, pues se enfrentaban las dos grandes fuerzas, la de Dios y la del diablo. La luz y las tinieblas, la verdad y la mentira, la vida y la muerte. Era un momento especial, donde se buscaba de parte de Dios el bien del hombre.
Pero, ¿sería un fracaso la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo? No. El ha tenido el éxito, pues si él no hubiese hecho ese sacrificio el mundo estuviera peor. El cristianismo, es la religión de salvación para el mundo. Su fundador, Jesús, significa Salvación, por eso, es el Cristo, que también significa Salvador. Por consiguiente, cristianismo es la salvación para el mundo.
La vida, muerte y resurrección de Cristo, constituyen una esperanza para el mundo. Las actitudes incorrectas de los hombres generaron la muerte de Cristo, como una expresión del amor de Dios, por la humanidad; pero también, generan los conflictos sociales, económicos y políticos del mundo. Cada quien debe saber distinguir estas realidades. Jesucristo, en su muerte y resurrección es la manifestación más amplia de la bondad, amor, misericordia y justicia de Dios, por una humanidad caída y perdida.
Un llamado a los que profesamos la fe en Cristo, necesitamos unidad a través de volver a las doctrinas de nuestro Señor Jesucristo; necesitamos enarbolar la doctrina de la paz, de la comprensión, del amor, de la justicia y de la fe. Si hacemos esto, la esperanza reverdecerá día a día; llevemos el propósito de Dios en nuestras vidas y recordemos con humildad la muerte y resurrección del personaje más importante en esta semana santa: Jesucristo. Dios nos bendiga a todos.