Una oportuna aclaración
El asunto comenzó para mi porque vi la nota de Saul Pimentel, director de www.almomento.netexplicando lo que ya todos sabemos: que el importantísimo periódico digital dominicano, no puede ser responsable de las opiniones de sus colaboradores; que dicho medio solo actúa como facilitador del intercambio entre sus lectores y que por supuesto, la posición oficial del periódico sobre cualquier tema, se conoce por medio de su editorial, que es su vocero único; aunque en ocasiones, el director firma uno que otro artículo de opinión.
El agrónomo haitiano residente en Puerto Príncipe, Haití, Henri-David Eustache, se lamenta de un artículo publicado en el diario digital y en el que según el profesional de la agronomía, se ofende al pueblo haitiano con la publicación misma de dicho artículo, que es de la autoría de un dominicano, Carlos J. Díaz Gómez, comunicador, y que vive en USA.
El artículo a que hace referencia Eustache, tiene un título muy sugerente en verdad: “La letrina francesa”, y es evidente que denota una agresividad innecesaria, aunque en su contenido hay una serie de razonamientos muy precisos y que compartimos a plenitud. No es necesario apelar a un titular sonoro para llamar la atención sobre una nota escrita, que por demás, tiene algún peso específico. Creo que el titular debilita el contenido, un error muy común entre jóvenes practicantes del ensayo menor; y que yo mismo he cometido, aunque no sea por motivos de mocedad.
Aparte del titular, no encuentro nada pecaminoso en la opinión externada por Carlos J. Díaz Gómez; y si no fuera por la inusual lectura de “chauvinismo” que él le asigna erróneamente y de forma exclusiva a los habitantes isleños de todo el mundo, me atreviera a decir que el artículo en cuestión es casi perfecto, en intención y objetivo, así como en la exposición de los argumentos.
La acritud que muestra el autor al final de su trabajo, es muy propia de la indignación que siente al conocer los sucesos de Moca, ejecutados bajo las órdenes del patricio haitiano J. J. Dessalines y su lugarteniente, el general Henri Christophe. Puestas en una balanza, la alusión a la condición de “letrina francesa” de Haití y las masacres, tan bien documentadas por historiadores nacionales y extranjeros y que fueron cometidas por las huestes haitianas en el siglo IXX, la primera resulta casi banal frente a lo infame y aborrecible de las segundas.
Lo que dice Eustache
El agrónomo haitiano, probablemente esté externando una cierta frustración por la situación de su país, mas que por la alusión que Carlos J. Díaz hace, pues conociendo la devastación a que han sometido su tierra sus propios habitantes, debe resultarle de muy mal talante, el tener que decir que es “agrónomo” en una nación donde apenas un pequeño porcentaje de su territorio es cultivado el año entero. Él clama por la censura pura y simple por parte del periódico, como si estuviéramos en tiempos y territorio de su muy recordado Papa Doc Duvalier.
La conclusión
ALMOMENTO.NET demuestra con esta “carta” que está muy bien situado en el mercado de la opinión electrónica, pero además, que su dirección tiene muy claro cómo se manejan los conflictos generados por el ejercicio pleno -demasiado extremo diría yo- de la libertad de expresión; algo que parece no habrá en Haití por los siglos de los siglos.
En sentido general, el ofendido profesional haitiano hace una protesta mas que emocional y en nada contradice los argumentos expuestos por Carlos J. Díaz, dándolos por valederos. Ahora, lo que si pone en claro el señor Eustaque es lo poco acostumbrado que está su nación a la discusión franca.
¡Vivimos, seguiremos disparando!