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Un parto «socialista»: radiografía del descaro bolivariano
A lo largo de la existencia de cada ente humano, el término «política» ha sido una constante en su vida. Desde los albores de la humanidad, en donde los hombres comenzaron a formar sociedades y a vivir en comunidad, esta rama de la moral forma parte inherente del mismo.
El fundador de la nacionalidad dominicana Juan Pablo Duarte y Díez, dijo de ella: «La política no es una especulación: es la ciencia más pura y la más digna, después de la filosofía, de ocupar las inteligencias nobles». Es evidente el concepto loable y elevado que de la política enarbolaba el patricio.
No obstante el criterio de Duarte y la pureza de dicha ciencia cuando se ejerce con honestidad, pulcritud, moralidad, nobleza y entereza, la misma hoy es mal vista y en cierta forma despreciada en la opinión de gran parte de la humanidad. Pero, como es obvio y como expresa el viejo dicho: «La fiebre no está en la sábana sino en el enfermo» La política es ubérrima y es nobleza. Lo excecrable son los perversos que se amparan en ella para cometer sus desmanes, sus engaños y sus actos pérfidos en el ejercicio de la misma.
El descaro de un parto «socialista»
Estoy seguro que el lector que me honra con su atención, no tendrá ni idea de quién es Héctor Rodríguez Castro, cuyo accionar político es el epicentro que me ha motivado a escribir sobre él. No es porque como figura pública lo amerite, sino por la conducta inmoral, descarada, abusiva e inaceptable como funcionario gubernamental en una nación que ha sido sumida en la miseria por el poder político del cual él forma parte. Es por su infamia, su altanería y su arrogancia disfrazada bajo el manto de un socialismo trasnochado, hipócrita y mentiroso. Es por hacer desde el poder, lo que tanto critican a la llamada burguesía.
Este engreído «socialista» tuvo el tupé de querer alquilar recientemente 14 habitaciones o suites en una clínica privada en Caracas, capital de la República Bolivariana de las Colas, para que su flamante esposa diera a luz su primer vástago. Es obvio, que el flamante Ministro del Poder Popular para la Educación de Venezuela ( los bolivarianos se dan unos títulos rimbombantes), no quería que ese momento tan común en los demás mortales, fuera perturbado por ninguna otra persona o algún futuro padre «escuálido» que estuviera en la misma situación.
La flamante parturienta «socialista y bolivariana» se alojó en la habitación #604 del sexto piso de la clínica privada «Leopoldo Aguerrevere» cuyo costo por habitaciónes es de unos $ 3,000 bolívares diarios, equivalente casi a la mitad del sueldo básico de un venezolano promedio. Si multiplicamos esa cifra por 14 suites y por 4 días de internamiento, nos daría el equivalente a unos $168,000 bolívares diarios , monto que cubriría el sueldo mensual de 24 dignos trabajadores venezolanos.
De acuerdo a informaciones obtenidas en dicho centro de salud, el «socialista» y defensor del proletariado y «Ministro del Poder Popular» Héctor Rodríguez Castro, días antes del nacimiento de su primogénito (de seguro lo bautizarán con el nombre de Hugo Rafael), se había reunido con el administrador del centro de salud para decirle que ese centro autorizara el pago para el alquiler de las 14 suites donde sería llevada sus esposa al salir del quirófano.
Por suerte, a pesar de que los funcionarios del gobierno bolivariano carecen de moral, de dignidad, decoro y decencia, como lo demuestra la arrogancia del ministro Héctor Rodríguez Castro, el administrador y dueño de la clínica, el Sr. Leopoldo Aguerrevere, mostró que esas prendas morales les sobran y les negó la solicitud al corrupto funcionario chavista, por considerar que de hacer eso, se afectarían 13 madres parturientas y sus familiares por las limitaciones que ello produciría, al tener esa habitaciones ocupadas por 4 días como pretendía el referido ministro bolivariano, a pesar de los médicos haberles recomendado sólo 72 horas de internamiento para su esposa.
Esta es la forma en que estos fanfarrones e hipócritas funcionarios chavistas predican la «moral revolucionaria». Esta es la humildad y la vida «socialista y proletaria» que ellos tanto suelen enarbolar en sus discursos mediáticos y de barricadas para captar tontos útiles a sus causas perdidas y mentirosas, que distan mucho de ser de lo que ellos hacen en sus vidas privadas y que en nada se diferencia de aquellos que ostentan riquezas por el trabajo arduo y tesonero o por un caudal familiar.
Mientras miles de parturientas pasan las de Caín para dar a luz en los destartalados y deficientes hospitales públicos venezolanos y tienen que madrugar para hacer cola por un turno, este ministro exigió 14 suites en una clínica privada para la llegada de su hijo. (Ver link con la información) https://www.diariolasamericas.
Carcamán, cínico, protervo y chavista
Este tipo de individuos, que por azar del destino y de la perversidades que se hacen en nombre de la política, son personas resentidas, envidiosas y ruines, que siempre esperan la menor oportunidad en sus vidas para darles riendas sueltas a todas esas codicias que siempre han albergado en su yo interno. La de éste descarado y arrogante, llegó de las manos del inefable y traidor Hugo Rafael Chávez Frías, el «Comandante Eterno y Galáctico» que lo incorporó a su gobierno en agosto del 2008 como Ministro del Despacho de la Presidencia.
No es la primera vez que este mismo funcionario hace gala de su arrogancia y pone de manifiesto la verdad sobre la doble moral de la llamada «izquierda revolucionaria chavista». Hace poco y en un denominado «Taller de Alto Nivel»: Campaña para erradicar la pobreza (otro disparate más que inventa el chavismo), este simulador empedernido les dijo al auditorio lo siguiente: «No es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarla a la clase media para que después aspiren a ser «escuálidos» (nombre despectivo con el que chavismo denomina a la oposición).www.youtube.com/
Como ya es conocido, la ideología socialista siempre se sustenta más que todo, en la mayoría de las clases menos favorecidas tanto en lo material como en lo cultural. Es ahí donde radica su caldo de cultivo político, pero como bien dijera este representante del chavismo, no les nteresa para nada sacar a los desposeídos de ese estado social, sino entretenerlos con migajas sociales del estado y controlarlos por medio a la comida; darles ciertas ayudas financieras y trabajitos estatales por ser el gobierno el mayor proveedor del mismo para fines políticos. Por eso siempre tratan de eliminar las empresas privadas.
Este tipo de accionar de este pelafustán chavista, no es la excepción a las reglas en la República Bolivariana de las Colas, sino la norma de todos los enchufados en el gobierno . Recordemos el caso ocurrido en octubre del 2014, cuando el inefable «Ministro del Poder Popular para las Comunas y los Movimiento Sociales» (!vaya usted a ver!), Elías José Jaua Milano, llevó a su esposa a uno de los mejores centro médicos del Brasil y se»olvidó» su maletín en cuyo interior había un revóler y mandó a buscar a su niñera en un avión estatal para que se lo trajera, obviamente, gratis y a costa del erario venezolano.
Así de fanfarrones, corruptos, aprovechadores y con un nivel de vida a la altura de magnates o príncipes viven estos seudos revolucionarios chavistas de pacotillas, que basan sus discursos en fomentar odio entre las clases sociales y presentándose antes los demás como los nuevos redentores de los pobres que «viven y padecen» como ellos sus penurias sociales.
La mejor definición en la que podemos encajar a estos depravados del sentir político, sin lugar a dudas fue la que tuvo sobre los hipócritas el célebre dramaturgo y escritor romano Titus Maccius Plautus , mejor conocido como «Plauto», cuando expresó: «En una mano lleva la piedra, y con la otra muestra el pan» .
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