Un Lío en Dólares llevó 11 mil personas a 39 salas

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La hilarante comedia Un lío en dólares no ganará
ningún premio de festivales internacionales que galardonan la calidad fílmica
de arte ni será nominada al Oscar, pero
lo que si resulta claro es que ha conectado con el público popular y clase
media que desde anoche hizo filas y
llenó salas para verla. No es perfecta y
tiene elementos que pudieron haber sido mucho mejores.

Los números en boletería, en base al día de estreno, indican que fue vista por 11.012
personas en 39 salas, 28 de Caribbean Cinemas (23 fijadas en cartelera inicial
y 5 que hubo que abrir anoche jueves 14).

La comedia dirigida por
Francisco Disla, que presenta una
graciosa historia familiar de un
mensaje positivo sobre la real validez del dinero en una sociedad consumista como la
norteamericana, recibió el “placet” anoche en sus tandas de las 7 y 9 de la
noche y en algunos cines, casi llenó las butacas, resultando previsible que
alentará el mecanismo del “boca a boca”, el
más barato, inflexible de cuantos recursos tiene una película para
determinar su éxito.

Las personas, al salir de la
sala, mostraban complacencia, impulsada por las situaciones, personajes (sobre
todo los de Manolo Ozuna y Phillip Rodríguez, la dos estrellas de constante
apariencia sub-real en el filme), lo que no significa en modo alguno que
estemos en presencia de una producción de cine que sea obra maestra ni mucho
menos. Hay que destacar la labor de maquillaje.

Actoralmente

Ozuna y Rodríguez llegan con
fuera al publico los “gags” chistes sugeridos a medias (como la
referencia a Elvis Crespo en el baño del avión). Los dos personajes que hacen
Manolo Ozuna y Phillip Rodríguez, con sus 26 cambios de vestuario y caracteres,
se roban el show. Sus personajes son un experimento nuevo, hacen homenajes a
películas, artistas y personajes simbólicos. Su química es uno de los factores
que perdurará en la mente de la gente.

La cinta resulta una interpretacipon coral con profesionales actuaciones de Johnnie
Mercedes, (excelente en el manejo de la voz, pero ya deseamos ya verlo en un papel de “bueno” de
la película), Richard Douglas (creíble y defintivo en su rol),
Fausto Rojas, Lumi Lizardo
(con buena caracterización de una banileja pero que en oportunidades no se
escucha con claridad).

Miguel
Alcántara logra excelente caracterización de humor, gracias a su intuitiva
orientación al gesto y Laura
García Godoy, maestra de la actuación, es clase aparte.

Fausto
Mata, protagonista, está bien, pero ese es el problema: no basta
con que “esté bien”. El más importante de los cómicos del cine y la TV tiene que profundizar mucho más en sus roles,
evitar repetirse, obviar situaciones recurrentes. Incluso variar de géneros para
evitar el encuadramiento previsible. Es un actor profesional, de carrera.

Por los
demás, cumplen sus papeles con brillo loa Franchely Pintor Aquiles Correa, Pipe
García, Hony Estrella Aquiles Correa, Pipe García, Hony Estrella, Tony
Pascual, Julio Gassette (Boberto), Aquiles Correa.

A la
altura que debió ser quedan Raúl Carbonell, -quien hace un homenaje a Ángel
Muñiz y Luisito Marti por su Nueva Yol .

A la altura que debió ser quedan Raúl Carbonell,
-quien hace un homenaje a Angel Muñíz y Luisito Martí (EPD) por su Nueva Yol:

Fellit “La gente se cree que llegar a
Nueva Yol es como llegar a la gloria”.

El
venezolano Julio Gassette (Boberto) de “Bienvenidos”, quienes facilitan con su
presencia la apertura de las salas de
cine en sus respectivos países a esta producción quisqueyana.

Música, escenografía y
maquillaje

Dos de los factores más positivos son la música y el
maquillaje, la primera responsabilidad de la Sinfónica Juvenil del
Conservatorio Nacional y la Kadmiel
Acosta & Jalsen música. El maquillaje que deja lecciones a seguir, es
responsabilidad de Anny torres.

La escenografía realizada en
Estudios Quitasueño, implicó levantar un edificio de tres plantas en ladrillos
simulados, locación en que también se levantaron los platos interiores.

Un lío en dólares
funciona y tendrá impacto, tiene una magnifica fotografía, su créditos iniciales en animación son de lo
mejor que hemos visto, una buena dirección de arte (la más compleja realizada
en Estudios Quitasueño) y una banda sonora principal interpretada por músicos
de la Orquesta Filarmónica Juvenil de Santo Domingo.

Disla, que proviene del género
terror (El Hoyo del Diablo) acierta con esta comedia en la que se destaca el
uso del vestuario, el maquillaje, actuaciones desternillantes de la risa.

Sigue pendiente la asignatura
de actuación específica para cine, sobre todo por el exceso de
chistes orales de raigambre televisiva pero eleva sus calidades cuando vierte
el humor de situación, bastante bien
logrado.

Es un proyecto dirigido
a grandes masas que desean pasar buen rato, lo que se logra, pero queda abierta
la posibilidad de que la experiencia
pueda ser mejorada en el futuro, sobre todo en lo referente a la oralidad de
los chistes.

Tiene ese “lío”
excelentes momentos de hilaridad de situación, pero hay que abandonar el camino
resbaladizo del humor oral para densificar las tramas y hacer un cine de
horizontes más universales. Acertado el
ambiente del cromatismo comic, la gracia de la historia moralizadora y un
respeto que se observa en manejo de cámara. El costo fue de 32 millones de
pesos.

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