Un débil liderazgo, Kim Jong-un y el campo
El proceso político de la República Dominicana va por mal rumbo, en virtud de la debilidad que se observa en su liderazgo. Debemos agradecer la propuesta de las elecciones primarias abiertas, que nos ayudó a descubrir nuestra carencia de liderazgo político.
Varios de los más importantes políticos de nuestro país quieren ser líderes de la mayoría de votantes, pero se oponen a que ésta exprese su opinión votando en las convenciones por los candidatos de su simpatía.
Las primarias abiertas simultáneas representan el más bello evento de la democracia política. Ya está evidenciado con los datos de la Junta Central Electoral (JCE) que la mayoría de dominicanos no pertenece a los partidos políticos.
Siempre debe imponerse la voluntad de la mayoría. Eso es, aparentemente, lo que decidió hacer Kim Jong-un, presidente de Corea del Norte al abandonar sus amenazas de guerra para buscar el diálogo con quienes tiene diferencias políticas.
El campo, que estuvo abandonado, hoy es una atracción. Muchos campesinos que habían abandonado las zonas rurales, vendiendo sus tierritas para irse a las ciudades en busca de un progreso que nunca les llegó, están retornando a sus lugares para dedicarse a la producción y contribuir con su mejora económica.
Este sector, del que depende la mayoría de votos para las elecciones presidenciales, legislativas y municipales, hoy tiene un gran valor. La mayoría de los que habitan las ciudades son campesinos o descendientes de éstos.
Esa mayoría también está exigiendo que se le permita tener el derecho de escoger los candidatos a la presidencia, las alcaldías y a legisladores. Es por ahí que anda el temor a las primarias abiertas.
Los que se pasaron y se pasan todo el tiempo ignorando el poder de los campesinos, hoy rescatados por el Presidente Medina, no aceptan que éstos,en su mayoría fuera de los debates políticos, pongan en ejecución el poder que se les negó por cientos de años.
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