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Todo sucede y no pasa nada
Por BALBUENO MEDINA
El caos en el transporte, la deshonra del caso DICAN y el abuso que cometen los sectores que se benefician con la rebaja del costo de los combustibles contra la población, por el mantenimiento de los altos precios de los artículos de primera necesidad, a pesar de éstos haber descendido estrepitosamente, es una real amenaza para paz social del país.
Los recientes acontecimientos que se han producido en la sociedad dominicana, a raíz de los temas que he puesto como referencia en este análisis, nos indican que la vida de nuestros ciudadanos no vale nada y que definitivamente hemos perdido la capacidad de asombro en esta parte de la Isla.
Esas malas acciones, se concatenan con el descrédito que ha tenido una gran parte de nuestra clase política, razón por la cual, la inmensa mayoría de los dominicanos no cree en sus promesas ni en sus proyectos por las tantas veces que han sido engañados en los procesos electorales.
Esa degradación en la que han caído los políticos, entre los que se destacan históricas figuras del oficialismo y la oposición, ha permitido la elevación de la popularidad de otros que como el presidente Danilo Medina, se han ganado la confianza de los electores y por esa razón su buena valoración se mantiene por encima de los demás políticos nacionales.
La aceptación del primer mandatario se ha mantenido gracias a que hasta el momento ha venido cumpliendo su palabra frente a los sectores que lo llevaron a la presidencia de la República en el año 2012 y podría incrementarse si además de dar respuestas a sus promesas de campaña decide enfrentar con dureza y responsabilidad los males que se vienen potenciando en nuestra sociedad.
Entre esos males que han resurgido con bastantes fuerzas en nuestra estructura social, se encuentran los que hemos mencionado desde principio de este artículo, así como el sicariato y las nuevas modalidades del crimen organizado, cuyas acciones demandan respuestas más contundentes por parte del Estado dominicano.
No convendría a la paz social y la salud de la nación dejar pasar por alto la condena a los actos bochornosos que se vienen produciendo en el seno de la sociedad dominicana, porque la acumulación de impotencia entre los ciudadanos podría provocar una gran implosión jamás vista en nuestro país.
Por esa razón, es que las autoridades, hoy más que nunca deben emplearse a fondo en buscar respuestas satisfactorias a los hechos de deshonra del DICAN, Sicariato, Terrorismo y corrupción que se han producido en la sociedad dominicana y que mantienen a la expectativa a la gran mayoría de ciudadanos en torno al desenlace que tendrán los mismos en el corto, mediano y largo plazos.
Desde luego, esa tarea debe ser acometida por las autoridades, comenzando por designar en los puestos de responsabilidad gubernamental a policías, militares y funcionarios civiles, que reúnan las condiciones morales y de honestidad probadas para que no se vuelvan a repetir experiencias tan amargas como las que hemos vivido y presenciado con el caso del DICAN.
Mientras tanto, la primera decisión que le convendría al gobierno adoptar, sería la de lograr castigar ejemplarmente con el mayor rigor que imponga la ley, a los policías y fiscales que se confabularon en el caso DICAN y que con sus acciones han sembrado el pánico y la inseguridad en los ciudadanos de la nación, que a partir de ahora ahondaran sus temores en torno a quienes luchan contra el narcotráfico en el país.
En definitiva, la sociedad y las autoridades, se encuentran en un momento en el que deben tomar decisiones y acciones conjuntas contra el crimen organizado y las diversas modalidades de corrupción que afectan a la nación para rescatar la confianza de los ciudadanos y llevar mayor tranquilidad y sosiego a la familia dominicana, que hoy más que nunca se siente afectada por los hechos ocurridos en los últimos tiempos.