Suicidas en potencia sin cobertura de Seguridad Social, el otro drama
En este lustro, los suicidios han aumentado en el país alrededor de un 40% y la mayoría de las víctimas está entre los 15 y los 40 años.
Todavía a estas alturas la principal causa son los conflictos amorosos, seguidos por los económicos y todavía a estas alturas la Seguridad Social no ofrece cobertura para las personas que sobreviven al intento de acabar con su vida.
Resulta difícil de entender que todos los actores del sistema ignoren que un individuo con obsesión suicida está enfermo y necesita ayuda y eso es preciso lo que le niegan al dejar esa situación fuera del catalogo de las Prestadoras de Servicios de Salud o lo que es igual, el seguro no les cubre.
Entonces al drama de atravesar ese viacrucis, la persona y su familia deben sumar que están desprotegidos para hacer frente a los gastos médicos que su estado anímico, que su patología les generó y resulta en una paradoja, porque ese panorama agrava el ya terrible cuadro.
Ahora que está en palestra el tema de modificar la Ley de Seguridad Social, es un buen momento para reflexionar, para abrir una ventana a estos casos y que esas personas no sientan que son más lastimadas, que sepan que cuentan con el apoyo de un sistema con el que contribuyen de forma directa o indirecta.
Es tiempo de ver al suicida en potencia como un enfermo que requiere tratamiento, cuidados, y que negarle los servicios que amerita por lesiones fruto de sus desesperación es también contribuir a sumirlo más en esa desesperanza.
Es un asunto de humanidad, de condescendencia que ojalá puedan entender los que tienen la potestad de decidir sobre este tema, de propiciar los cambios para lograr una verdadera inclusión.