Seria amenaza en el Medio Oriente
La intervención de Estados Unidos en Iraq para detener el rápido avance de las milicias sunitas del llamado Estado Islámico (EI), puede considerarse como una acción tardía, aunque oportuna y necesaria. Y es, que ésta se produce en momentos que los yihadistas han conquistado inmensos territorios, que han sido sumados a los retenidos en el este y al norte de la vecina Siria. Por lo que han ocasionado el desplazamiento de millares de personas que despavoridas huyen de los combates, el horror y el terror que desatan los terroristas en los lugares conquistados, creándose con ello una gran crisis humanitaria. Los aviones norteamericanos y franceses han lanzado toneladas de ayuda humanitaria a los refugiados que fueron expulsados o lograron escapar de los sanguinarios miembros del grupo islámico. Según informes de prensa, suman miles los refugiados en el Monte Sinjar, al norte de Irak, donde predomina el Kurdistán. Los que precisan de urgente ayuda humanitaria, para mitigar las calamidades y enormes sufrimientos por los que están atravesando las miles de familias en desbandada, aunque con la ayuda que han recibido y aprovechando la oscuridad de las noches y su propio ingenio, muchos han escapado y han sido recibidos en Turquía y en campamentos habilitados por las autoridades kurdas. Los despiadados milicianos del EI, han cometido crímenes de lesa humanidad en los territorios ocupados, donde castigan salvajemente a los que no comulgan con su islamismo ultra conservador. Han cometido decenas de ejecuciones, decapitaciones, extracciones de ojos y tormentosas humillaciones a miles de ciudadanos indefensos. De la capturada ciudad de Mosul, segunda en importancia de Iraq, huyeron decenas de miles de cristianos, musulmanes moderados, y otras minorías religiosas, por el temor a las crueles represalias de que serian victimas por no adherirse a los designios de los milicianos ocupantes. Así, en la ciudad de sinjar, millares de yazidíes escaparon despavoridos de la amenaza, antes de su caída en manos del Estado Islámico y se encuentran escondidos en las montañas aledañas. El “Estado Islámico” surge luego de que el 29 de junio recién pasado, el portavoz del ISIS, (Estado Islámico de Iraq y Siria) Abu Mohamed al-Adnani, eliminó los nombres de Irak y Siria quedando solo con el nuevo nombre de EI, declarando la intención del grupo “de crear un califato que se extendiera por todo el mundo musulmán” al tiempo que nombraba a Abu Bak al-Baghdadi su máxima autoridad, autoproclamado «Ibrahim, imán y califa de todos los musulmanes». De manera que en todo el territorio que ya dominan lo que existe es un califato, o sea un régimen tiránico islámico donde se aplica la ley de la Sharia. La imprescindible acción norteamericana se produce después de tres años de los últimos soldados estadounidenses haberse retirado de esa nación luego de 8 años de ocupación, convencidos de que habían dejado un país que podía mantenerse en pie sin la ayuda de la presencia y el poderío militar estadounidense. Y después del avance vertiginoso de los militantes yihadistas que ya han conquistado las importantes ciudades de Faluya, Ramadi, Zamarra, Mosul, Tikrit, Qaragosh y SinJar, en Iraq e instalado su califato en un territorio que abarca desde el este y norte de Siria hasta el oeste y norte de Iraq. Debido a lo cual Iraq ha perdido el control occidental de sus fronteras con Siria y Jordania. Mas de 50 mil ciudadanos cristianos que huyeron de Qaragosh, la ciudad cristiana mas grande de Iraq en manos de los peligrosos militantes islámicos, se encontraban rodeados en las montañas de Sinjar. Motivo por el cual existe la preocupación del Vaticano y de todo el mundo civilizado de un posible genocidio en masa de estos cristianos, Yazidíes y otras minorías atrapadas allí, pero que al parecer según el gobierno estadounidense miles han podido escapar. Ya el papa Francisco se pronunció al respecto, mostrando su decidido apoyo a la intervención estadounidense. La situación en el medio oriente tiende a deteriorarse hora tras hora. Al parecer Siria e Iraq tarde o temprano caerán sin remedio en manos del radicalismo islámico. Y Estados Unidos y sus socios occidentales seguramente no lo podrán evitar, a menos que haya una intervención indefinida de las potencias occidentales en esa inestable zona, algo obviamente difícilmente realizable. Sin embargo dejar que la situación escale sin intervenir también significaría abandonar a su suerte a Israel y los estados de gobiernos moderados que no querrán someterse al totalitarismo de la Sharia. joseflandez@hotmail.com