Semana Santa: muerte de Jesucristo
Una semana no se diferencia de otra a menos que haya un propósito diferente, es decir, el hombre determina la importancia de una semana ante otra. Semana Santa, se considera así, porque se dedica a recordar los últimos días de Jesucristo en la tierra, desde su entrada triunfar a Jerusalén hasta su resurrección.
Dedicar esa semana a revivir por fe los acontecimientos sucedidos en el año 30, de nuestra Era, es de sabios, pues es una manera de mantener en el tiempo semejante realidad.
El fanatismo y el legalismo del ser humano han hecho que existan contradicciones tan distantes que hasta parecen negar la existencia del hecho histórico más importante para la fe en el mundo, como lo es la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo. Afirmar la existencia de ese momento, debe ser visto desde un enfoque de unidad cristiana, y no ser fuente de conflictos. Todo lo que contribuye a promocionar ese sacrificio debe ser admirado y respetado por los cristianos.
El desconocimiento del propósito de Dios, con relación a la muerte, sepultura y resurrección de su Hijo, es lo que ha llevado a las divisiones en la religión cristiana. Para Dios lo más importante es la salvación de las personas, a tal grado que dio a su Hijo a padecer por éstas, quienes por causa de los pecados están en una difícil situación de perdición y condenación. El no escatimó que era su Hijo y que nosotros somos seres de tercer categoría en su naturaleza.
Verdad es que algunos toman esos días, simplemente como turismo; otros, como días de comercio; otros, como días de descanso; Pero, otros se dedican a fortalecer su fe, ya sea ésta en lo correcto o no. Sin embargo, eso no es suficiente para tomar una aptitud contra esa celebración. Esa semana, tiene muchas cosas que son positivas para la misión del Salvador, como lo es predicar el evangelio, desde un enfoque general y desde diferentes plataformas.
La Semana Santa, permite que los medios de comunicación radiales, televisivos y gráficos se conviertan en vehículos de llevar el evangelio a todas las partes posibles. Esto es digno de alabanzas. No importa los objetivos por lo que lo hacen, lo importante es que se habla de nuestro Señor y que su obra redentora es dada a conocer a las personas. Ninguna iglesia podría alcanzar a tantas personas en tan poco tiempo. Gloria a Dios por ello.
La muerte de Jesucristo, constituyó un sacrificio como un buey, una oveja o cordero, como exigencia de la ley dada por Dios, para expiar los pecados. Esta se hacía únicamente por medio de sangre. A diferencia de los animales, cuya sangre no quitaba los pecados o su culpabilidad, la de Cristo borra, limpia, quita, perdona los pecados. No era una simple memoria de los pecados, sino el pago completo de ellos, quedando el hombre perfectamente libre de semejante adversario.
Semana Santa, debe ser aprovechada por los cristianos, para orientar, aclarar y confirmar la verdad del evangelio en las mentes y corazones de las personas. Se debe entender que en lugar de criticar, debemos aportar a que esos días el hombre pueda valorar, creer y obedecer a esa forma de doctrina, como lo es la persona de Cristo, el evangelio y sus enseñanzas. Es de sabiduría aprovechar toda oportunidad para dar a conocer la verdad de Dios.
Semana Santa, es sinónimo de anunciar la muerte de Jesucristo. Por tanto, solicito a todos aquellos que tienen medios de comunicación abrir sus puertas para que muchas personas quienes viven la fe cristiana, puedan proclamarla a viva voz, por sus medios radiales, televisivos, gráficos y en las redes sociales. El evangelio contribuye a la paz entre los hombres, pues es el evangelio de la paz. Jesucristo, como el centro del evangelio es la paz de Dios en la tierra.
Damos gracias a Dios, nuestro Creador, por haber enviado a su Hijo, para salvarnos del castigo eterno. Asimismo, a Jesucristo, por haber padecido tanto por nosotros, durante todos los días sobre la tierra y muy especialmente en la cruz.
También, gracias al Espíritu Santo, que reveló e inspiró a hombres santos para dejarnos escrita la palabra de Dios. Ser agradecidos es nuestro deber, aún más, cuando edificó su iglesia para que sea columna y baluarte de la verdad.
jpm-am
yo logré conocerme a mí mismo y luego busqué y encontré a dios dentro de mí. jesucristo está en mi interior y convivimos en profunda paz y armonía.
cristo está vivola tumba está vacía.»’