SANTIAGO: Una botica popular vacía

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Por Carlos Ricardo Fondeur Moronta

La falta de medicinas esenciales en la botica popular Promese-Cal  o Farmacia del Pueblo ubicada dentro del perímetro del Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez, en Santiago de los Caballeros, crea inconvenientes a los usuarios, la mayoría de la tercera edad.

La farmacia popular opera dentro del Hospital Cabral y Báez y se ubica en la esquina formada por las avenidas 27 de febrero, principal vía metropolitana de Santiago y la céntrica Sabana Larga, donde se dan cita los enfermos que requieren de medicinas de bajo costo y genéricas.

El autor es periodista. Reside en Santiago.

En dicho centro médico público, que ofrece todos los servicios hospitalarios para la Región Norte, confluyen diariamente cientos de personas pobres buscando atención gratuita. El Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez pertenece a la red de hospitales del Estado Dominicano y parte de sus operaciones son respaldadas por el Seguro Nacional de Salud (SENASA), subsidiado por el gobierno dominicano.

Sondeando los requerimientos de los usuarios de la Botica Popular del referido hospital público,  resultó que la mayoría de los enfermos buscan adquirir los medicamentos esenciales Cardioaspirina 81 Ml., Pregabalina, que sirve para neuropatía diabética, neuralgia pos-herpética, epilepsia, trastorno de ansiedad generalizada y fibromialgia.

También procuran difenhidramina, medicamento para aliviar los síntomas de alergias, tos, náuseas, vómitos, vértigo e insomnio, entre otras afectaciones sintomáticas comunes.

En varias ocasiones falta en los anaqueles medicamentos esenciales como son los destinados a tratar la diabetes, especialmente  la metformina y para la estabilización de la presión arterial en sus diversas denominaciones.

La mayoría de los adultos mayores que asisten a la principal botica popular de la ciudad, al tratarse de que se encuentra en el mismo Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez (HRUJMCB), el mayor centro hospitalario del país y uno de los mayores de Latinoamérica, sufren de un sol abrasador y de lluvias en ocasiones, al permanecer en la fila a la intemperie, sin ningún tipo de cobija que los ampare  y, al final, se retiran del lugar sin adquirir los medicamentos que requieren.

Allí se venden mayormente jabones de diversos tipos y calidades, cremas para la piel, antihistamínicos, supositorios íntimos y los medicamentos que son abundantes en los demás boticas populares del país. El centro, cuenta con un personal altamente calificado y ofrecen atención de primera, a sabiendas de la falta de medicamentos esenciales para la población.

 carlosricardofondeurmoronta@gmail.com

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Clara Guerra
Clara Guerra
1 Año hace

en eso es que se deben gastar los cuartos. en atender a la gente que lo necesita. gracias por su arti****.

El negro de Luperón
El negro de Luperón
1 Año hace

otro método para robar.