San Cristóbal: rumbo de caos, degradación y muerte
Por MAXIMO SANCHEZ
Nuestra familia ha sido adoptada por San Cristóbal; en Madre Vieja Sur, nuestros hijos vivieron parte de su adolescencia. En septiembre de 1973 llegué por segunda vez a esta urbe, luego de pasar el examen de admisión del Instituto Politécnico Loyola; y fue en esa edificación, donde estaba la tienda veterinaria que acaba de quemarse, donde nos albergamos junto a otros compañeros.
La calle Padre Ayala era nuestra calle; salíamos de la pensión y esta calle era un camino directo al parque central y al centro del pueblo.
Era una época de muy pocos vehículos en las calles, todo el mundo se conocía y se hacían listas de pasajeros para salir de viaje en las horas de la mañana en los pocos carros de públicos; era una costumbre para la gente que trabajaba en la capital de la República.
Nuestra pensión estaba regentada por el hoy médico veterinario don Leo Uribe, y por su esposa doña Milagros; buenas personas, esperaban pacientemente esos cuarenta pesos mensuales que pagábamos, cada uno de nosotros por alojamiento, ropa limpia y tres comidas, increíble ¡cómo ha cambiado la vida!
La pensión desenvolvió sus actividades en la segunda planta del edificio, y había un gran balcón que abarcaba la esquina de la Padre Ayala y la calle Francisco J Peynado, desde dónde podíamos observar todo el entorno próximo en ambas calles; por eso podemos afirmar que conocemos el espacio del mercadito viejo que acaba de desaparecer con esta explosión.
Y por esta razón, hoy nos preguntamos ¿Cómo pudo haber una fábrica o recicladora de plásticos en este lugar? Un lugar en el que, además se desarrollaban otra docena de negocios de diferentes actividades comerciales.
¿Quién dio los permisos que demandan las leyes y las regulaciones, para instalar dentro del casco urbano una fábrica de esta categoría?
Se habla de que se estaban desmantelando las instalaciones, para dar paso a un parqueo municipal, pero ¿cuánto tiempo tenían los sancristobalenses durmiendo sobre este campo minado?
Nuestra San Cristóbal se ha convertido en un gran caos; el tráfico vehicular en las calles, con muy poca regulación es exasperante; las vías de acceso y salida, han devenido a ser estrechas y muy pocas; sólo dos estrechos puentes sobre río Nigua, para manejar todo el tránsito que entra y sale del casco urbano desde Madre Vieja, Hatillo y Santo Domingo; la entrada y salida hacia Cambita, y lo mismo hacia Najayo abajo, son rutas inadecuadas para la cantidad de vehículos circulantes.
Y así cómo los ciudadanos de San Cristóbal viven en estrés y desorden, sus instituciones se manejan por favoritismo, desde el orden policial para una multa de tránsito, hasta aquellas que tienen que conceder los permisos correspondientes a negocios y operaciones industriales que ponen en peligro la vida de los sancristobalenses.
Después de un macabro balance oficial, de 29 cuerpos destrozados y más de 50 heridos, este pueblo no para de lamentar sus pérdidas; la sangre jamás secará en la memoria de nuestros huérfanos, niños y adolescentes; las lágrimas seguirán manando por décadas; y las manos y los bolsillos de quienes cogieron las preventas, para cerrar sus ojos o voltear sus caras a otro lado, seguirán ardiendo en sus conciencias.
Ahora, después de esta brutal cadena explosiva de muerte y destrucción, todos los hijos de San Cristóbal debemos pensar fría y concienzudamente si en nuestras manos está cambiar este rumbo de caos, degradación y muerte en que nos han sumido.
jpm-am
es tiempo que los residentes de san cristobal demande al gobierno lo ocurrido y al medio de comunicación que saque al aire e informe a los cuidadanos del riesgo que estaban corriendo y dejen de tapar… y seguir agenda setting! por generaciones está tragedia estará con los familiares afectados. paz a los decaídos y consuelos a los familiares.
han hecho un excelente control de daños/ damage control.
estamos condenados a morir en la ignorancia, el sistema atraves de los medios informativos, no nos informa, nos manipula y en el menor de los casos solo nos entretiene, sobre ese desastre, lo ocurrido en verdad no lo sabremos, porque siempre hay que proteger a alguien, una explosión con gas propano destruye, pero no pulveriza como lo hace la pólvora y este caso es un ejemplo, esperemos el dictamen final.
vine de retirada a mi querida patria despues de 35 años en usa especificamene a mi provincia de san cristobal y mi fustracion es ????? pues no tenemos autoridad que hagan respectar la ley …
muy de acuerdo con tu arti****…san cristobal es un caos no solo para vivir …hasta para visitarlo pues comenzando con el trafico es un desorden total …nadie repera ni los semaforos, calle de una via la usan de dos vias los motoritas estan como «chivos sin ley» sin placas, documento y ni hablar si ellos te estrellan contra ti tu tienes que pagarle todo …porque no hay ley que le pongan reglas.
cómo canto gilberto monroig: » lo que no vive,muy pronto se olvida».tan sólo será de ahora en adelante, el acontecimiento histórico sancristobalence # 1,de la lista que siempre expone el veterano y acusioso periodista don josé pimentel muñóz.paz a los fallecidos y consuelo a sus deudos.