Robin Williams

Dice un viejo aforisma del circo, que la mujer o el hombre más triste es el que nos hace reir y el que nos hace meditar. El payaso es piedra de depresión a pesar de que con solo verlo todos lanzan la carcajada. Recuerdo a Robin Willian en tiempos en que el cine en la República Dominicana era piedra de discusión social y política. Este actor norteamericano falleció hace unos días, sumergido en una profunda depresión, talvez ajeno a la influencia social que lograron muchas de sus peliculas. Talvez no comprendió que el hombre es polvo y al polvo volverá, y la grandeza es afímera. El tiempo avanza, la generación a la que se encantó se hizo vieja, y a la juventud de ahora las escenas y luchas pasadas le parecen acciones fuera de época. Vietnam muy presente en los recuerdos de la juventud que conoció la intervención norteamericana y el gobierno de los doce años, donde el derecho a la libre expresión podía ser pena de muerte. De ahí que a la distancia el actor norteamericano Robin Willian y sus películas Buenos Días, Vietnam y Sociedad de los Poetas Muertos fueran figuras emblemáticas a fines de los ochenta y comienzo de los noventa, del siglo pasado. Hoy, al conocer su muerte, buscó en mis archivos de crítico de cine y hago un alto en los escritos políticos y sociales que me ocupan la mayor parte del tiempo. Pido permiso a mis lectores que ahora me leen analizando temas políticos, economicos y sociales. Un abrazo para todos los que me siguieron en mi columna Entre Butacas. No se con qué quedarme en los recuerdos de este magnifico actor, si el profesor que recita un poema que Walt Whitman le dedicó al presidente Abraham Lincoln: Oh capitán, mi capitán, o ese locutor que llega a Vietnam para ser un simple entretenedor de las tropas, y termina siendo la conciencia de los soldados inconformes y que se preguntan para qué participan en esa carnicería. Buenos días, Vietnam es una película estadounidense de 1987, dirigida por Barry Levinson. Protagonizada por Robin Williams. Durante la Guerra de Vietnam, Adrian Cronauer (Robin Williams), un disc-jockey de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, llega a Saigón para entretener a los soldados. Al principio todo es diversión, pero poco a poco los jefes se darán cuenta de que sus comentarios acerca de la guerra no son políticamente correctos. Entonces deciden expulsarlo y enviarlo de nuevo a su hogar. Los soldados le piden que vuelva, sin saber que le expulsarían por sus comentarios. Dead Poets Society (La sociedad de los poetas muertos) es una película estadounidense de 1989 con guion de Tom Schulman, dirigida por Peter Weir y con Robin Williams como actor principal. Narra el encuentro de un profesor de literatura con un grupo de alumnos durante 1959 en la Welton Academy (Vermont), institución antañona y prestigiosa. Valiéndose de la poesía, el profesor inspira un cambio en el transcurso vital de la historia de la vida de sus alumnos. Ganó un Oscar al mejor guion original. El hombre es una luz que brilla un instante. Ese destello no es nada en comparación con la marcha infinita del tiempo por discurrir. Lo importante en el camino son las huellas que se dejan. En mis recuerdos de crítico de cine de larga data siempre están Buenos Días Vietnam, y Sociedad de los Poetas Muertos. «Oh capitán, mi capitán».

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