Revuelta de cardenales desafía autoridad del papa Francisco

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ROMA.- Una vez más y en un evidente desafío a su autoridad y magisterio, cuatro cardenales conservadores le escribieron una carta al Papa para pedirle que aclare cinco «dudas» respecto de la interpretación del capítulo octavo de la exhortación apostólica Amoris Laetitia (AL), sobre el amor en la familia, considerado «ambiguo».

Los cuatro purpurados en cuestión -el italiano Carlo Cafarra, el estadounidense Raymond Burke y los alemanes Walter Brandmüller y Joaquim Meisner- le entregaron la epístola al Papa el 19 de septiembre pasado. Como no obtuvieron respuesta decidieron ahora dar a conocer la misiva «para continuar la reflexión y la discusión con todo el pueblo de Dios».

«Constatamos una grave desorientación de muchos fieles y una gran confusión con respecto a cuestiones importantes para la vida de la Iglesia. Notamos que también en el seno del colegio episcopal se dan interpretaciones contrastantes del capítulo octavo de AL», escribieron los cardenales.

El punto de la controversia es la comunión a los divorciados vueltos a casar, un tema que dividió como nunca a conservadores y progresistas durante los dos sínodos de obispos sobre la familia que precedieron la exhortación apostólica AL, publicada en abril último.

En el capítulo 8 de AL, el Papa afirmó que «nadie puede ser condenado para siempre, porque esa no es la lógica del Evangelio», y llamó a «integrar a todos, en cualquier situación en la que se encuentren». Además abrió la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar puedan acceder a los sacramentos luego de un camino de discernimiento personal y pastoral y un examen de conciencia. Como todos los casos son diferentes, en AL Francisco no dictó una nueva normativa general de tipo canónica, aplicable a todos los casos.

Reflejo de una minoría conservadora, que tiene una visión distinta, cerrada y legalista, los purpurados plantearon al Papa sus cinco interrogantes sobre este tema aún controvertido -y complejo a nivel teológico-, con el estilo tradicionalmente utilizado para las interpelaciones a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que apunta a que la respuesta sea un sí o un no.

«¿Es posible ahora admitir a la santa eucaristía a una persona que, estando unida por un vínculo matrimonial válido, convive more uxorio con otra?», preguntan los cardenales en la primera pregunta de la misiva, publicada en el blog del vaticanista de L’Espresso, Sandro Magister.

Los cardenales le preguntan luego al Papa si aún «sigue siendo válida la enseñanza de la encíclica de San Juan Pablo II, Veritatis splendor, respecto de la existencia de normas morales absolutas, válidas sin excepción alguna, que prohíben acciones intrínsecamente malas».

En tercer lugar, si después de AL «es posible afirmar todavía que una persona que vive habitualmente en contradicción con un mandamiento de la ley de Dios, como por ejemplo el que prohíbe el adulterio, se encuentra en situación objetiva de pecado grave habitual».

En cuarto lugar, si «se debe considerar todavía válida la enseñanza de la encíclica de San Juan Pablo II, Veritatis splendor, según la cual «las circunstancias o las intenciones nunca podrán transformar un acto intrínsecamente deshonesto por su objeto en un acto subjetivamente honesto o justificable como elección»».

La quinta y última pregunta es: «Después de AL, ¿se debe considerar todavía válida la enseñanza de la encíclica de San Juan Pablo II, Veritatis splendor, que excluye una interpretación creativa del papel de la conciencia y afirma que ésta nunca está autorizada para legitimar excepciones a las normas morales absolutas que prohíben acciones intrínsecamente malas por su objeto?»

«Queremos ayudar al Papa a prevenir en la Iglesia divisiones y contraposiciones, pidiéndole que disipe cualquier ambigüedad», escribieron los cardenales, que al hacer pública la epístola también abrieron el paraguas. «Es nuestro deseo que nadie nos juzgue, injustamente, como adversarios del Santo Padre», dijeron.

No es la primera vez que un grupo de cardenales decide escribirle a Francisco, cosa que no pasaba con sus antecesores. En octubre del año pasado, en medio del sínodo, salió a la luz una carta que trece cardenales conservadores (incluso Cafarra) le escribieron a Francisco para plantearle su desacuerdo con la nueva metodología de la asamblea y, sobre todo, su temor a que pueda haber cambios ante el «problema teológico-doctrinal de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar por lo civil».

Qué objetan y qué piden los cardenales

«Notamos una grave desorientación de muchos fieles y una gran confusión con respecto a cuestiones importantes para la vida de la Iglesia»»Queremos ayudar al Papa a prevenir divisiones y contraposiciones, pidiéndole que disipe cualquier ambigüedad»»Es nuestro deseo que nadie nos juzgue, injustamente, como adversarios del Santo Padre»

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