Restauración y supremacía conservadora
Hace 180 años nació la Primera Republica, el 27 de febrero de 1844, y la perdimos el 18 de marzo de 1861 con la anexión a España, 17 años después. Ocurrió que los conservadores, traidores y entreguistas, a la cabeza del general Pedro Santana, se alzaron con el poder político e impidieron gobernar a los revolucionarios de La Trinitaria, encabezados por Juan Pablo Duarte.
Santana usó sus tropas para que la primera Constitución, de fecha 6 de noviembre de 1844, le diese poderes absolutos para actuar como un dictador sanguinario. Obligó, a punta de fusiles, la redacción del artículo 210 de la Carta Magna.
Los conservadores se interpusieron y bloquearon la ejecución del proyecto independentista que implicaba, sobre todo, soberanía absoluta, justicia social y libertad plena de la gente.
Los trinitarios fueron reprimidos por el sector hatero o ganadero, a la cabeza del general Pedro Santana. Francisco del Rosario Sánchez y otros patriotas, fueron fusilados, otros fueron apresados, y otros desterrados, como fue el caso del propio Juan Pablo Duarte, quien murió en Venezuela, bajo pobreza extrema.
La Primera República nació torcida, porque no asumió los principios revolucionarios de la Trinitaria, dado que Santana y los hateros gravitaron en forma determinante en la decisiones de poder, reafirmando en cada paso que no amaban la Independencia de la Nación y que solo les interesaba conservar sus propios intereses económicos y de clase.
Por eso, Pedro Santana propició la anexión a España en 1861, lejos de imaginar que dos años después, en 1963, hace 161 años, iniciaría la exitosa Guerra de Restauración, encabezada por el joven Gregorio Luperón y otros patriotas, quienes en 1865 alcanzan la victoria sobre las tropas españolas.
Con la victoria de la Guerra Restauradora, concretizada el 15 de julio del año 1865, con la salida del territorio de las tropas españolas, inicia la Segunda República, pero el pensamiento conservador siguió prevaleciendo en el ejercicio del poder político, en momentos bajo el «camuflaje de liberal «, como en los gobiernos de Buenaventura Báez e Ignacio María González, y en otros momentos bajo mano dura, como en los gobiernos de Ulises Heureaux (Lilís) y Ramón Cánceres (Mon). En este periodo solo se exceptúa el gobierno progresista y de paz de 1 año, encabezado por Gregorio Luperón, 1879-1880.
Así hemos seguido en la Tercera y la actual Cuarta República, exceptuando el breve gobierno popular de Juan Bosch, desde febrero de 1963 hasta el golpe de Estado del 25 de septiembre de ese año.
Con camuflajes engañosos o no, la supremacía ha sido de los conservadores, desde la Primera República hasta nuestro tiempo.
jpm-am