Rechazo al intento reeleccionista

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LA AUTORA es dirigente sindical y ex diputada. Reside en Santo Domingo.

Por EULOGIA FAMILIA

 

Las pretensiones de   reelección  presidencial  que se han presentado  en la Republica Dominicana en periodos sucesivos de gobiernos, no han sido nunca por el sano interés de servir al país, sino que los grupos que controlan y dirigen el poder ejecutivo en la coyuntura de 4 años se les mete un continuismo para asegurarse su permanencia de privilegios políticos y económicos de los que gozan.

En   nuestro país  el ejercicio del Poder  Político  seduce tanto que ni  por  ciclo de edad ni por la ley se  detiene a quienes ostentan el mismo, pues para esos sectores  si hay que ajustar las normas a su conveniencia, por encima de cualquier  razonamiento democrático, se usa el dinero o la represión para imponerse,  poniendo en evidencia nuestra fragilidad institucional.

Debemos recordar que en la  República Dominicana el modelo de Estados Unidos también fracasó, pues  el Dr. Leonel Fernández  en el 2004 heredó ese modelo y agotados los 8 años,  en lugar de retirarse como era el mandato constitucional, maniobró para producir el pacto de las corbatas que modificó la constitución en el 2010 y asegurarse volver 4 años después de su salida del poder,  pero al agotar sus 8 años,   pretendió  continuar 4 años más  para agotar 12 , obviando  que ya había modificado la constitución en el 2010 que le impedía  seguir.

La reelección no es mala ni buena, lo que pasa que en Republica Dominicana no existen condiciones  institucionales ni de democracia que permitan que  una reelección  se dé en circunstancias normales y sanas.

En  los procesos reeleccionistas  dominicanos se utiliza la fuerza del poder del Estado a todos los niveles para reprimir y acallar voces,  quebrar  voluntades y  promover antivalores. En conclusión  fortalece la corrupción que en nuestro suelo de por sí ya estamos en la cima por el  acoso de este flagelo,  porque en nuestro país la justicia, los mecanismos de verificación pública, lo electoral, cámara de cuentas y otros están permeados por el partidarismo y amiguísimo  político,  cuestión que en Estados Unidos es controlado constitucionalmente por leyes  y por el acatamiento de los políticos y gobiernos.

No es una justificación la popularidad del Presidente de la República para su reelección,  pues si su labor es  bien valorada, está cumpliendo con el mandato  para el  que se le escogió como presidente por 4 años.

Veamos que en Uruguay Tabaré Vásquez salió del poder con niveles de popularidad de 63% y apoyó a Mujica de su grupo político.  Hoy Tabaré regresa a dirigir el gobierno de ese país y su compañero saliente también tiene mucha popularidad. Ninguno de los  dos en distintas ocasiones intentó modificar la constitución para seguir porque han sido populares.

Así podemos citar otros ejemplos en el mundo como Lula en Brasil,  Mitchell Bachelet  en Chile entre otros.

Creo que el Lic. Danilo Medina que ha dado muestras que le interesa dejar un legado de su obra política y gubernamental al pueblo que sea reconocida por  la historia, por su diferencia con otras gestiones, especialmente en el comportamiento político, bien haría con rechazar cualquier intento reeleccionista de sus parciales, a costo de reformar la constitución para él salir del poder con altos niveles de aceptación popular, también es una fortaleza política para un gobernante que le garantiza regresar en otra  oportunidad próxima.

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