¿Qué se espera de Danilo?
La percepción que se tiene de Danilo Medina es que es sencillo, bien intencionado, generoso. Las estrategias políticas con que ha tenido que manejarse para llegar al poder, han hecho perder de vista su esencia. En su primer mandato lucia atado ¿Por que? El Congreso, la Justicia, su partido, PLD, no seguían sus directrices, mas bien obedecían a Leonel Fernández.
Tras doce años de gobierno, Leonel dejó un maletín de facturas, un déficit fiscal de alrededor de doscientos mil millones de pesos; cayeron en el olvido las expectativas de justicia social que sembró Bosch; los expedientes de corrupción eran archivados; el Congreso, no fiscalizaba; la Cámara de Cuentas fue complaciente con los que no declaraban sus bienes.
Los mensajes que se derivaron de estas acciones fueron: si va a robar, roba mucho; si va a cobrar comisiones, cobra mucho. “Servir al partido para servir al pueblo” Todavía la cúpula del PLD se está sirviendo. Exhiben mansiones, fundaciones, lujos. Los tutumpotes, ricos, que rechazaba Bosch, porque se olvidaban de los infelices y tomaban sus bienes, pasaron a ser admirados e imitados por funcionarios peledeistas.
Entrar a ese sistema donde se beneficia un grupito de ricos, era el sueño de muchos y lo lograron. En los doce años de Leonel, se hicieron millonarios arropados por la impunidad. ¿Y los pobres? ¿Y la base del PLD? Abandonados en la miseria, abriéndose paso entre la delincuencia, cargando maletas a los corruptos y dándole su voto a cambio de un plato de comida, bono o tarjetita de solidaridad.
¿Cuando se va a institucionalizar la nación? ¿Cuando van a reestructurar y eliminar ministerios e instituciones innecesarias para reducir gastos? ¿Cuando le van a dar prioridad a la producción agrícola? Esos son los grandes retos, las barreras que debe derrumbar Danilo. Tiene poca ayuda. La oposición es tímida. Atado como estaba en su primer periodo, abrió algunas ventanas, pudo sacar la cabeza y hacer “visitas sorpresas” a los necesitados, llevándoles pan para que lo multipliquen.
Para obtener un segundo mandato, tuvo que aceptar “fortalezas con sus generales” en el Congreso, Justicia, Municipios, etc. ¿Qué hará con ellas sabiendo que tienen infelices prisioneros, pasando calamidades? ¿Se armara de coraje y efectuara los cambios necesarios? ¿Seguirá el rumbo de Leonel o el de Bosch? ¿Se lavara las manos como Pilatos sin importarle la suerte de los más necesitados? Es el momento de conocerlo.
Si realmente quiere justicia social y cree en el poder de Dios, Danilo como Jesús debería tomar el látigo y comenzar a sacar los mercaderes del templo.
jpm