¿Puede una “era glacial” llegar a Norteamérica y a Europa?
POR MOISES ALVAREZ
Una tormenta invernal en EE.UU. y Canadá deja cortes de electricidad y miles de vuelos cancelados[1], Intensa nevada en Estambul bloquea aeropuertos, carreteras y deja varados a centenares[2]. Estas son las noticias que vemos en los medios.
Los negacionistas del cambio climático se frotan las manos y tratan de usar estas noticias como “pruebas” de que el calentamiento global es una ficción.¿Pero puede el calentamiento global impulsar la aparición de olas de frío en Norteamérica y Europa?[3] Pues sí, el calentamiento del Ártico puede impulsar el nacimiento de olas de frío en latitudes más bajas. La clave reside en el debilitamiento de vórtice polar ártico, una región que almacena los vientos fríos del polo norte.
Pero ¿cómo es posible que suceda este fenómeno tan contradictorio? Para entenderlo, lo primero que debemos tener en cuenta es que el Ártico es una región muy sensible a los efectos del calentamiento global y, al mismo tiempo, un engranaje clave en el correcto funcionamiento del sistema climático mundial.
Esto quiere decir que cualquier cambio en esta región, por mínimo que sea, podría tener grandes repercusiones a escala planetaria. El problema, precisamente, es que el Ártico, a diferencia del resto del mundo, se está calentando a una velocidad dos veces superior y, por lo tanto, experimentando grandes cambios en pequeños espacios de tiempo.Prueba de ello es el hielo marino ártico que, desde que comenzaron a tomarse registros por satélite en 1979, ha visto reducido su extensión a prácticamente la mitad.
De hecho, la desaparición del hielo marino ártico es el peor de los síntomas para los expertos, que explican que las nuevas masas de agua surgidas en los lugares donde antes había hielo generan grandes flujos de calor que ingresan en las capas inferiores de la troposfera y que, posteriormente, calientan las superiores, dando lugar a anomalías que se han repetido durante más de 30 años.
Un estudio publicado en ‘Nature Geoscience’[4] señala que el exceso en la generación de vapor de agua por la descongelación del hielo marino del Ártico está detrás de algunas de las nevadas más intensas de Europa, como la vivida en febrero del 2018. Pero puede haber algo peor.El sexto y último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático o Panel Intergubernamental del Cambio Climático, (IPCC en inglés)[5], nos muestra que las consecuencias del cambio climático, producido por el hombre, no son una cuestión del futuro, ya están sucediendo.
El crecimiento del nivel del mar, la salud de los océanos, y el deshielo de Groenlandia y la Antártida son procesos que una vez comenzados no se detienen en cientos o miles de años.El IPCC, es una organización intergubernamental de las Naciones Unidas cuya misión es proveer al mundo con una opinión objetiva y científica sobre el cambio climático, sus impactos y riesgos naturales, políticos y económicos y las opciones de respuesta posibles.Miles de científicos y otros expertos contribuyen de modo voluntario escribiendo y revisando informes, que son a su vez revisados por representantes de todos los gobiernos.
El IPCC publica además un «Resumen para responsables de políticas», sujeto a la aprobación línea por línea por todos los gobiernos participantes. Esto supone habitualmente el trabajo conjunto de más de 120 países[6].
Este informe tiene dos partes: una técnica y otra dedicada a los tomadores de decisión (políticos)[7]. Curiosamente en el informe dedicado a los tomadores de decisión la Circulación Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC por sus siglas en inglés) no se menciona. Mientras en el informe técnico sí.¿Y que es la AMOC? Es la principal corriente oceánica del Atlántico la cual parece haber ido perdiendo estabilidad en el transcurso del último siglo y estar acercándose a un umbral crítico que la aboque al colapso de acuerdo a un estudio publicado en la revista ‘Nature Climate Change’[8], además de ser la más débil del último milenio[9].
La AMOC transporta agua cálida desde los trópicos hacia el norte en la superficie del océano y agua fría hacia el sur en el fondo del océano, lo que es más relevante para las temperaturas relativamente suaves en el hemisferio norte. Un posible colapso, tal vez irreversible, de este sistema de corrientes oceánicas podría tener graves consecuencias tales como un incremento sustancial del enfriamiento de esta región.
[1] https://www.niusdiario.es/
[2] https://www.france24.com/es/
[3] https://www.elagoradiario.com/
[4] Bailey, H., Hubbard, A., Klein, E.S. et al. Arctic sea-ice loss fuels extreme European snowfall. Nat. Geosci. 14, 283–288 (2021). https://doi.org/10.1038/
[6] https://es.wikipedia.org/
[7] https://www.ipcc.ch/report/
[8] Boers, N. Observation-based early-warning signals for a collapse of the Atlantic Meridional Overturning Circulation. Nat. Clim. Chang. 11, 680–688 (2021). https://doi.org/10.1038/
[9] Caesar, L., McCarthy, G.D., Thornalley, D.J.R. et al. Current Atlantic Meridional Overturning Circulation weakest in last millennium. Nat. Geosci. 14, 118–120 (2021). https://doi.org/10.1038/
excelente
gracias