PRM, ¿Antítesis del PLD?
Todavía en pleno siglo XXI hay quienes aún creen que lo opuesto y lo contrario son sinónimos. La lógica relacional nos dice que ello está muy distante de la realidad. Lo contrario de una cosa, es sencillamente la negación de ella misma. Ejemplo: Lo contrario de perjudicar, es no perjudicar, así muchos crean que es beneficiar, que en realidad es lo opuesto. Y es que una cosa que no perjudica, no significa que beneficie.
Dejando a un lado la lógica relacional, y aterrizando el tema al plano político nacional, si hay una cosa muy cotidiana y normal, es ver a uno o varios partidos de la oposición, en su afán por alcanzar el poder a través del convencimiento de los electores, tratando de diferenciarse del que está en el Gobierno. Es decir, venderse como lo opuesto, como su antítesis.
Pero por esta vez, tomaremos como punto de partida, al PRM, que es sin duda la principal fuerza política de la oposición dominicana frente al PLD.
Como vivimos en un mundo cada vez más globalizado e informado, los electores de la actualidad, por mucho, no son ni sombra de lo que eran los electores de la época en la que las ideologías caracterizaban y estaban presentes en las distintas agrupaciones políticas del país, al menos desde el primer gobierno del Dr. Balaguer en el 1966.
Inhumada la ideologización de las entidades políticas dominicanas, sumado al auge de los populismos que han logrado alzarse con el poder en varios países de nuestra América Latina, aún así, no basta con enarbolar un mero discurso diferenciador para convencer que se es diferente u opuesto al que está, sino que al parecer, las exigencias del electorado actual no solo son mayores en cantidad y en calidad, sino que, al parecer, cada vez toma más importancia lo dicho por el célebre José Martí, que la mejor manera de decir, es hacer.
De ahí que surjan dentro del electorado, en especial en la gran masa de indecisos que podrían constituirse (si es que deciden ir a votar en el 2020), en la posible clave que le otorgaría el triunfo a uno o al otro, un conjunto de interrogantes que tendrían que ser aclaradas más por los que aspiran a desplazar del gobierno al que está (si es que pretenden convencerlo de ser una mejor opción), que el mismo que está siendo cuestionado y que debería salir.
La Marcha Verde, aunque no es un movimiento partidario sino pacífico, cívico y ciudadano, como es una expresión de una buena parte de los electores a los cuales pretende conquistar la oposición, es aprovechado por algunas agrupaciones políticas, para no solo sumarse a la lucha contra la corrupción y la impunidad, sino también, porque no, para tratar de establecer por medio de esa importante plataforma nacional, la esencia de esa diferenciación.
De manera que, tanto el PRM como cualquier fuerza política que está aspirando a desplazar del poder al que hoy están, están obligados no solo a establecer una diferenciación, sino a darles respuestas a las interrogantes legítimas que sobre sus intenciones de llegar al poder, se han formulado los electores.
Como el protagonismo de este artículo corresponde al PRM, he aquí algunas de esas interrogantes que esa agrupación política debe despejar en la psique del electorado al cual va dirigida su intención de convencimiento en el 2020, pues si las semejanzas con el que está son mayores a sus diferencias reales, difícilmente se logre tal objetivo. En cambio, si el PRM logra darles respuestas contundentes a las interrogantes que a continuación vamos a exponer, no solo estaría cerca de tal convencimiento, sino que estaría también alcanzando su anhelada diferenciación.
En el 2009, Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado, en su Constitución del 2010, como una salvaguarda legal para el que esté como Presidente, le reservaron en artículo 171, el nombramiento del Procurador General de la República. ¿Tiene el PRM intención de modificar ese pacto (la Constitución), para quitarle esa salvaguarda al que está? Es decir, ¿Nombraría el Presidente electo del 2020 en caso que gane el PRM, por el dedo al nuevo Procurador General?
Varios ex activistas políticos (de varios partidos), gracias al artículo 179 del mismo pacto, hoy están haciendo las veces de jueces (políticos con togas), ocupan actualmente varios puestos muy sensibles dentro del Poder Judicial, lo que cuestiona inevitablemente la independencia del sistema de Justicia. La pregunta es: ¿Promoverá el PRM la modificación de la conformación del Consejo Nacional de la Magistratura (art.178), para despolitizar el nombramiento de los que han de administra justicia?
Nuria Piera y Alicia Ortega (como si fueran la verdadera oposición), denuncian cada semana los escándalos de corrupción, de nepotismo y las botellas que se regalan en el actual gobierno a sus compañeros de partido y socios políticos. ¿Eliminaría el PRM todas las botellas que actualmente este gobierno está regalando a tantos parásitos sin trabajar y que tanto denunciamos?
La calidad del gasto es un verdadero desastre, razón por la que todos los años, como resultado del déficit del gobierno, éste tiene que emitir nuevos bonos soberanos para financiar el presupuesto. ¿Reducirían el PRM la nómina pública eliminando las instituciones con duplicidad de funciones como denunció la propia Faride? Es decir, ¿Mejoraría el PRM la calidad del gasto, eliminando el dispendio innecesario de recursos en tantas gastos superfluos?
Danilo Medina, desde su primer Consejo de Gobierno, prometió que por el simple rumor público, cancelaría a cualquier funcionario denunciado por corrupción. ¿Sometería a la justicia a los funcionarios que obren faltando a la ética, la transparencia y la buena administración, sin importar que tan encumbrado estén o que tan buena relación tengan con el propio presidente?
Y como el bocinaje se ha convertido en una actividad súper lucrativa para un grupo de seudo periodistas y comunicadores en República Dominicana, ¿Les quitaría el PRM todos esos contratos que actualmente tienen las bocinas del gobierno, para otorgárselos entonces a los comunicadores simpatizantes del partido? Sea usted el jurado.