Presupuesto y corrupción

En los últimos meses se han acentuado los casos de corrupción en distintos países del mundo como si fuese una epidemia que carcome los cimientos mismos del tejido social  de estos sin quedar fuera del ámbito de influencia la República Dominicana donde a diario se registra una  amplia gama de este cáncer que debilita la moral y ética de las personas y hace estrago en los recursos de los países.

Estas acciones inmorales que riñen las buenas costumbres no solo se limita al ámbito del sector público sino que sus tentáculos alcanzan a las empresas del sector privado sin dejar de mencionar a los individuos y familias, es decir, que como la hidra y verdolaga se extiende de forma sigilosa y abrasante y lo peor del caso es que la señal que envía a las nuevas generaciones es que son acciones normales dentro del comportamiento del ser humano.

De ahí que se lee, oye y ve en los medios de comunicación casos como el de Petróleo de Brasil (Petrobras)  donde se han dado escándalos de sobornos y lavado de dinero en dicha petrolera estatal los cuales han salpicado hasta a la presidenta Dilma Rousseff y el expresidente Inacio Lula Da silva. También casos de corrupción en Costa Rica, México, España, Argentina, Colombia, entre otros.

¿Se imaginan ustedes el dinero de los presupuestos dominicanos que cada año se esfuman como por arte de magia y van a parar a los bolsillos de funcionarios y relacionados que sin haberlo trabajado se enriquecen ilícitamente con cargo a la labor realizada por los trabajadores que a diario tienen que incorporarse de sus camas de madrugada o amanecer trabajando para recibir exiguos ingresos sobre los cuales deben pagar impuestos directos e indirectos que luego los zánganos funcionarios del gobierno sin trabajar se lo roban y se pavonen en los mejores hoteles, realizan viajes, disfrutan ricos manjares y  liban las más finas y espiritosas bebidas.

En República Dominicana se conocen sonados casos de corrupción que han provocado altos déficits fiscales y han hecho que los corruptos posean: aviones, helicópteros, villas hermosas en playas extranjeras y mucho dinero depositado en bancos suizos, tal el caso del Banco HSBC que recientemente divulgó que solo de dominicanos hay cuentas de por menos US$34 millones apelándose en estos casos a mantener el secreto bancario para evitar que se informen los nombres de los propietarios de dicho dinero.

¿De que vale que se formulen presupuestos conformen principios  presupuestales internacionales si durante su ejecución se desvían los recursos consignados en el mismo camuflados en gastos superfluos, de baja calidad o improductivos solo para beneficiar a unos cuantos que actúan como rémoras, parásitos, sanguijuelas o becerritos que aún son amamantados por las ubres de sus madres?

¿Cómo puede llegar a desarrollarse un país pobre como la República Dominicana si gran parte de los recursos presupuestados llegan donde no deben llegar?

¿Quién va a pensar que aún se debe pagar peaje en las aduanas dominicanas para desaduanisar las mercancías si durante la cadena de dicha acción hay que pagar a varios empleados para que los importadores puedan sacar de aduanas con rapidez lo que compraron en el extranjero?  

¿Quién sabe qué cantidad de dinero se distrajo en la nación dominicana de los RD$419,465.6 millones que el Estado obtuvo por recaudaciones incluyendo donaciones durante el año 2014 y fueron a parar a bolsillos de personas inescrupulosas?

Conforme la Alianza Dominicana Contra la Corrupción (ADOCC) el flagelo de la corrupción se afianza cada día más en el país por la falta de penalidad de los distintos casos de desvío de fondos y la ONG alemana, Transparencia Internacional, sitúa a la República Dominicana con una percepción corrupta en el lugar 29 en una escala de 0 a 100.

Otro aspecto que estimula la corrupción en la República Dominicana es la debilidad que presenta la Cámara de Cuentas de la República Dominicana que debe evaluar el desempeño de los fondos ejecutados por los distintos organismos del Estado sin que haya paño tibio en la realización de su labor fiscalizadora.

Se podrá formular un buen Presupuesto General del Estado, ser eficiente en la administración tributaria, cumplir con la ley de compras y contrataciones y tener una cuenta única para el manejo de fondos adicionales pero si no se supervisan, regulan, controlan y no se conoce el origen de las variaciones presupuestales de los gastos corrientes y de capital ejecutados, con una periodicidad de tres meses como mínimo y no se castiga con todo el peso de la ley los actos de corrupción nunca disminuirán los mismos por no decir desaparecer.  

felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com

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