Presupuesto equitativo
No es secreto que el presupuesto público es una herramienta de política gubernativa, que expresa cuantitativamente los objetivos y metas que desea alcanzar un gobierno nacional, aplicando las estrategias correspondientes, mediante la cual se asignan recursos y se determinan gastos, para apoyar los planes de desarrollo económico y social, en un período determinado, el cual debe ser ejecutado con equidad, justicia y responsabilidad.
Por lo tanto es importante la forma y el tipo del gasto. La teoría clásica de hacienda pública asigna a dicho gasto tres funciones esenciales: la asignación, distribución y la estabilización.
Entre estas tres funciones debe haber equilibrio y equidad ya que su desequilibrio da paso a la inequidad social, a los desequilibrios macroeconómicos y a la concentración de la riqueza a través de la renta nacional.
Una de las desventajas de los presupuestos es que estos se formulan y ejecutan de forma subjetiva conforme el pensamiento social que influye en quienes administran o gobiernan una nación en un lapso determinado, sin que en muchas ocasiones se tomen en cuenta las necesidades insatisfechas de la población dando paso a los conflictos sociales y políticos.
El realizar la distribución del gasto presupuestado de forma contraria a lo estimado se estaría violando la ley de gastos públicos, traicionando a la población y burlando al legislador.
Precisamente de ahí provienen los conflictos innecesarios que se agencia una administración gubernamental, pues del desconocimiento de lo pactado se desprenden los malos entendidos que de actuarse de forma correcta y equitativa se evitarían las actuaciones de desobediencia social.
No hay nada más provocador que el irrespeto de la palabra empeñada dando lugar a la pérdida de confianza, pues toda acción es acompañada por una reacción.
Es el mismo encono que siente una población cuando se violan sus derechos y más cuando se trata de jugar con el dinero que el gobierno le saca de sus bolsillos, los cuales deben ser destinados a proporcionar mejores servicios de: salud, educación, agua potable, techo, alimentación, entre otras necesidades humanas y no para el clientelismo y gasto de publicidad política.
Cada vez que el gobierno no ejecuta el presupuesto apegado a la ley equivale a aumentar los gastos de la población y por ende a disminuir la cantidad de bienes y servicios que puede adquirir, al ver sus ingresos menguados por la vía impositiva y al tener que suplir con deuda las necesidades que el gobierno no le satisface.
Es por ello que la población dominicana de hoy, se siente impotente, frustrada, desamparada, postergada, abandonada y apesadumbrada. Apoyada solo en la esperanza de ver que algún día se cumplan sus aspiraciones sociales y económicas al ejecutarse los objetivos y metas programadas.
Las autoridades fiscales del país hace casi dos meses que iniciaron los aprestos de lugar para la formulación del Presupuesto General del Estado para el año 2017, pero lo preocupante de ello es que no se estila la correcta evaluación de las metas y objetivos que se formularon para el presupuesto en ejecución dando lugar a que se repitan los errores que adornan las ejecutorias presupuestales periodo tras periodo.
Es decir, si no se pone en práctica la etapa del ciclo presupuestal correspondiente a la preiniciación en la cual se pasa balance sobre las variaciones presupuestales o aquellos cambios significativos o relevantes que surgen al comparar lo presupuestado con lo ejecutado se corre el riesgo de formular el próximo presupuesto en base a errores y no se avanzaría en nada en materia de realizaciones a favor de la población más necesitada.
Solo si se toman cuenta las causas que dieron origen a que el presupuesto anterior no alcanzara los objetivos y metas propuestos se evitaría el formular un presupuesto más de los tantos que se han elaborados.
Se espera que las autoridades reelectas presten la debida atención a las observaciones constructivas que periódicamente les hacen economistas, financistas y ciudadanos interesados en el orden fiscal para que las cosas marchen lo mejor posible a favor de la nación dominicana.
Hoy son muchos los reclamos de mejores condiciones de trabajo que exigen sectores profesionales y obreros así como demandas de arreglos de calles, cañadas y caminos vecinales de diferentes comunidades y que añoran sean cumplidos o satisfechos.
Por tanto se espera que el Presupuesto General del Estado para el año 2017 sea justo y equitativo, menos deficitario, menos vanidoso, con menos gastos superfluos, que sea realista y comprometido con las necesidades más perentorias de un pueblo ávido de mejores servicios publicos y que coadyuve con el crecimiento económico del país con menos deuda pública.
Se sabe que soñar no cuesta nada pero el tanto la gota da al cántaro que esta tarde o tempranole le hace un agujero.
felix.felixsantana.santanagarc@gmail.com