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Precisiones sobre un ejercicio periodístico
Hace más de cincuenta años que el autor de esta columna ha publicado crónicas deportivas, con profundo sabor provinciano, porque recogían los incidentes de desafíos de béisbol de equipos integrados por niños de apenas doce o trece años de edad, que se realizaban en los bateyes de las plantaciones bananeras de la División Berlanga de la United Fruit Company, conocida como La Grenada Company, instalada en Montecristi.
Esas crónicas eran de los juegos celebrados entre los equipos de Maguaca, Madre e Isabel, y más tarde en nuestra adolescencia, eran las reseñas de los juegos de béisbol del municipio cabecera y otros municipios de esa provincia. Esas crónicas fueron publicadas en el periódico La Nación, propiedad del gobierno del régimen de Rafael Trujillo Molina, cuyo domicilio estaba instalado en la avenida Mella, en el espacio que hoy ocupa una tienda gigantesca que se llama La Sirena.
Años después, al iniciar los estudios de Derecho en la Universidad de Santo Domingo, que no era autónoma, en ese mismo periódico y algunas veces en El Caribe, propiedad del gobierno trujillista también, fueron publicadas pequeñas crónicas y otros trabajos, algunos de ellos tratando temas históricos.
RADIO CARIBE
Ya graduado de Doctor en Derecho, en octubre de 1960, José Dolores Cerón, doctor en Medicina y Derecho, brillante y extraordinario compositor, autor de “Como me besabas tú”, el himno del Ejército y la marcha Coronel Trujillo, nos llevó a trabajar a una emisora en proceso de prueba que se identificaba como Radio Nacional, voz oficial del gobierno dominicano, en 50 kilos en onda corta, en el medio del dial, llamada la frecuencia de oro, y 20 kilos en onda larga de la emisora deportiva Radio Handicap, propiedad de José Martí Otero, cuñado del autor, que pasó a llamarse Radio Caribe, identificada como “La Voz antillana que da la vuelta al mundo”.
La descripción más seria y atendible, en términos históricos, de la historia de esa emisora la escribió el periodista Lipe Collado. La mayoría de los que han tratado el tema, por demás, lo que han escrito son mentiras, disparates y especulaciones; el libro de Lipe Collado se llama “La historia de Radio Caribe” y fue en esa emisora, cuando pasó a ser una dependencia directa del Palacio, bajo la supervisión del temible John Abbes García, que fue fusionada la frecuencia de 50 kilos con la de 20 kilos y convertida en una compañía por acciones, designándose por expresa disposición de Rafael Trujillo Molina, a José Martí Otero presidente y director de esa emisora, que en aspectos positivos y negativos al igual que la antigua La Voz Dominicana, llamada ahora con un título que nadie puede pronunciarlo, por lo disparatoso, ridículo y extenso que resulta, Corporación Estatal de Radio y Televisión (CERTV), que se confunde con el nombre de una empresa privada, pero que en términos históricos ha jugado un papel de primera categoría en la historia de la radiotelevisión del continente americano.
Hace un tiempo hicimos un breve recuento de los inicios y desarrollo de este oficio de escribir en medios de comunicación radiales y escritos que hemos ejercido por más de cincuenta años.
LA REVISTA DE LA PRENSA
Y lo hicimos porque el hecho que realmente nos proyectó y nos dio a conocer fue, en Radio Caribe, un breve programa que hacíamos con el título de “La Revista de Prensa Nacional e Internacional: El Mundo Desde Radio Caribe”, idea sugerida por Ernesto Puigvert Thron, un aventurero de origen francés, nacido en México, teniente coronel del Ejército francés, casado con dominicana, que era un agente político internacional del régimen de Rafael Trujillo Molina, autor de la idea propuesta al dictador dominicano de construir una feria ganadera que sería la primera en la región del Caribe y Centroamérica.
La Revista de la Prensa que redactábamos originalmente con quince minutos de duración, que luego se publicaba en el periódico La Nación, tenía desde su origen a dos locutores estelares de la radio dominicana: Freddy Mondesí y Rafael Arredondo.
Y fue debido a las cosas que analizábamos y decíamos en ese programa, que Rafael Trujillo Molina nos hizo comparecer a su presencia para saber dónde obteníamos los informes para hablar de Vietnam y Argelia, naciones que habían derrotado la primera, Vietnam, a los japoneses y los franceses, y la segunda, Argelia, que en ese momento tenía a Francia en la etapa final definitiva, de su derrota también. En el transcurso de los meses desde septiembre de 1960, si pueden llamarse vaticinios, los juicios y las ideas que emitimos en esos programas terminaron siendo una verdad irrebatible, en términos históricos.
Después del ajusticiamiento de Trujillo, en mayo de 1961, que fuimos excluidos del personal y de la nómina de Radio Caribe por disposición de su hijo Ramfis, comenzamos a escribir, esporádicamente, en otros medios y a partir de 1962 publicamos varios artículos en el Listín Diario, entre los cuales, a nuestro criterio, el más importante fue el historial en términos de su origen y la publicación en nuestro país de la Ley 6132, sobre La Expresión y Difusión del Pensamiento o La Ley de Prensa, como es popularmente llamada.
Y decimos estas cosas porque todas están firmemente sujetas a la verdad, sin alterar, sin modificar, las cosas que redactamos, como en términos históricos realmente han sucedido.
A través de tantos años hemos escrito, al parecer, más de diez mil artículos para la prensa y la radio en nuestro país; hemos recibido, no sabemos cuántas, cientos de felicitaciones de una hermosa, activa y numerosa legión de amigos, simpatizantes, y de acuerdo a lo que dicen muchos, admiradores. Situación que nos obliga aclarar, en principio, y rectificar brevemente algunos disparates que hemos leído, en primer lugar, en los medios de comunicación escritos.