Policía NY pide la mediación de Clinton en conflicto con el alcalde
NUEVA YORK.- Los sindicatos de policías solicitaron al expresidente Bill Clinton que les ayude en las negociaciones con el alcalde Bill De Blasio en el conflicto de las tensiones raciales .
La reunión para restaurar la paz entre los agentes y el ayuntamiento de Nueva York acabó el lunes sin avances, como habían augurado los sindicatos de Policía antes de entrar. Y para cuando acabó el encuentro, al que no asistió el alcalde, Bill de Blasio, demonizado por las fuerzas de seguridad, uno de los líderes sindicalistas decidió que la situación está tan enconada que sólo Bill Clinton puede salvarla.
La sugerencia de Michael Paladino, jefe del sindicato de detectives, debió sorprender al propio Clinton, cuya oficina no ha respondido a las llamadas que le ha hecho la prensa para conocer su opinión.
El exmandatario de EEUU es amigo y mentor del nuevo alcalde, que trabajó en la campaña a senadora de su esposa Hillary, pero a diferencia de éste, Bill es mucho más político y se le considera afín a la Policía. O en palabras del sindicalista, «es un hombre de Estado, se le respeta mucho, es un buen mediador y fue un presidente pro fuerzas del orden».
Después de dos décadas de alcaldes que convirtieron a la Policía de Nueva York en un cuerpo paramilitar para gobernar con mano de hierro, De Blasio ganó las elecciones con la promesa de poner freno a los desmanes de los agentes y restablecer el equilibrio perdido con la comunidad. Al cuerpo no le cayó bien.
Durante un año, sus 35.000 efectivos acataron la nueva política a regañadientes, reduciendo los altos y cacheos de 700.000 a 45.000, pero al mismo tiempo doblando los arrestos que hacían en esas intervenciones, lo que en palabras del regidor significa que ahora «afinan más, van a por los tipos malos, y no por los ciudadanos que obedecen la ley, no por cualquier neoyorquino que les pasa caminando o va a la tienda».
Es fácil entender por qué ese tipo de comentarios francos ha caído tan mal en la Policía, por mucho que las estadísticas y la realidad de la calle lo justifiquen. Pero fue otra verdad, las conversaciones que tiene con su hijo mestizo para evitar que un encuentro con los agentes acabe en drama, la que colmó el vaso, tras saberse que el Gran Jurado no acusaría al oficial que mató a Eric Garner.
Dos semanas después, cuando un desequilibrado se acercó a un coche patrulla en Brooklyn y le metió dos tiros a cada policía allí sentado, los líderes sindicales culparon a la prensa, a los manifestantes y, sobre todo, al alcalde, «por incitar a la violencia» , dijo Patrick Lynch, presidente de la Asociación Benevolente de Patrulleros. «La sangre en las manos empieza en el ayuntamiento y en la oficina del alcalde», acusó.
Asuntos económicos
En su opinión, como el problema está en De Blasio, no puede arreglarse en el Departamento de Policía, que es donde el miércoles se llevó a cabo la reunión de dos horas. Las negociaciones no se limitan a la disculpa que los agentes quieren oír, sino a la renovación de sus contratos y a una serie de asuntos económicos sobre sus pensiones, indemnizaciones y otros beneficios laborales.
Son tantos los que piensan que los sindicatos utilizan la memoria de sus compañeros caídos para presionar en esas negociaciones, que estos han puesto anuncios en los periódicos para desmentirlo. También niegan haber dado la consigna de manos caídas, pese a que desde el 20 de diciembre la Policía de Nueva York ha puesto un 90% menos de multas y citaciones judiciales, con el consiguiente daño a las arcas de la ciudad.
Fuente: LARIOJA.com
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