Pobreza y desempleo
La credibilidad es la prenda más valiosa de
la administración del presidente Danilo Medina, y es un valor que debe estar
presente en cada información que se emita desde el Gobierno, para que no se
empiece a derramar sin ningún beneficio un porcentaje de la alta valoración y
popularidad que les han bendecido en 21 meses.
Los datos que se manejen deben emular lo
que se pide para la mujer del César, que no solo sean ciertos sino que también
resulten creíbles, porque de lo contrario pueden dañarmás que lo que aporten.
Es el caso de las informaciones que dan
cuenta de la superación de la pobreza, cadena opresora de las que se habrían
librado 528, 061 dominicanos y lo de las creación 200,700 empleos, ambas cosas serían
un acontecimiento sensacional sin empíricamente no estuviera contrastado con la
realidad que vive el país: fusión en dos empresas importantes de la telefonía y
la televisión por cable, que fortalece a quien hace la adquisición pero envía a
cientos de empleados de salarios decentes a calle; fusión de dos grupos bancarios que por igual
paren el surgimiento de uno más fuerte, pero que tienen que prescindir de una
parte del personal; paralización y despidos en una de las principales empresas
mineras del país y caída en las exportaciones de ferroníquel, lo que también
deja sin empleos de calidad de cientos de personas.
Nada de eso es producto de las políticas
oficiales, pero sí lo son las medidas de
control del gasto público adoptadas para la reducción del déficit fiscal que
han detenido, paralizado y semiparalizado el ritmo de las megas obras por lo
que también miles de personas han sido despedidas.
En
ese panorama solo puede haber crecimiento del empleo si hay otro gran sector de
la economía que esté reemplazando los puestos perdidos y creando nuevos, y a
parte del oro, el comportamiento de las exportaciones y el crecimiento de la
economía en un 5% del PIB, no alcanzan para tanto.
En lo que a Danilo Medina hay que sacarle
distinción aparte es en la distribución, y ahí si no tengo ninguna dudas al
afirmar que con un porcentaje más reducido de crecimiento hay más fogones
encendidos, por tres factores, el plan nacional de infraestructura escolar
asignado con una metodología que evitó la concentración en el pequeño grupo de los grandes
constructores que se repartían el presupuesto; las medinas que han ampliado la
participación de las PYMES en las compras del Estado, y los estímulos que
empuja de manera directa el presidente con sus visitas sorpresas.
Todo eso puede dar mayor cantidad de gente
ocupada, lo que es muy saludable, pero no quiere decir que la economía esté
generando empleos productivos, ideal fuera que a la vez mientras por una parte
ocurre eso se fuera verificando una expansión de la economía privada que
estuviera pariendo puestos estables de empleos, pero no ha sido así.
Si en abril 2013 la tasa de desempleo
era 15% y en abril 2014 fue de 14.9%, un
rango tan pequeño de disminución no puede parir una tasa tan alta de empleo
como la que ha dicho el Gobierno, aunque tengamos más gente buscándosela por
cuenta propia.
También ha resultado desafortunada la
comparación entre los ingresos que pueda generar una persona por cuenta propia,
frente a los que produce una empleo formal, que no solo hay que evaluarlo por
lo que recibe el trabajador.