Pan nuestro, pero ¿de cada día?

Dedicado a Ivan Reyna Flete, Juan Carlos Padron, Bartolomé Pujals y otros jóvenes con quienes he explorado el tema.

 

Estaba en mi casa, de mañana, sentado y listo para hacer oficios cuando la inspiración toca a mi puerta y me decido a escuchar la canción RABO DE NUBE que siempre me ha gustado pero que, a propósito de mi artículo DOS CARAS TIENE ESTA HISTORIA se ha vuelto a poner de moda en mi memoria.

Una amiga, sentada frente a mi, me observa extasiado e intenso, acompañando con mi chorro de voz la inigualable melodía de Silvio y comenta, entre curiosa y esperanzada: aludiendo, claro está a la lírica de la canción

¿ y tu crees  que la gente tenga la fuerza como para hacer algo así?

Yo medí despacio sus palabras. Un breve rayo de luz me iluminó la mente y le contesté:

-Si, pero tiene la gente que estar muy encojonada – y tras una pausa brevísima, como si hablara conmigo mismo añadí- y el gobierno nos está haciendo el trabajo.

II

Una mujer morena, corpulenta, con carácter y evidentemente pobre por su atuendo, por su aspecto y por sus modales se apersona a una sucursal del Banco Popular en procura de la funcionaria X  en cumplimiento de instrucciones recibidas de su empleador que está fuera del país y necesita encaminar la gestión sin esperar su regreso.

Tras intentarlo durante tres días consecutivos la morena ya está molesta y le anuncia a los empleados que en recepción, seguridad y servicio al cliente la interrogan de soslayo y apenas disimulando su disgusto que ella vino dispuesta a pasarse el día en el banco hasta que la reciba la funcionaria en cuestión.  Poco después de haber puesto sus cartas sobre la mesa la morena regresa a su silla y a la espera. En eso, ingresa al banco un mensajero, ajeno por completo al drama de la morena, anunciando que trae un envío para la señora X.  Inmediatamente, el mismo empleado que le  ha negado a la morena la presencia en el banco de la señora X lo conduce a ella y mientras la señora X recibe el encargo, la morena se pone de pie furiosa y se dirige directamente a la señora X. El resto de la historia el lector puede imaginárselo tal y como estaba escuchándolo yo. Se resolvió el problema, vinieron las excusas de lugar, la morena puso a la señora X al teléfono con su empleador y recibió su e mail, teléfono personal y demás.

Tras escuchar la historia comento: En todas las instituciones dominicanas, sea banco, hospital, oficina, empresa e incluso ciertos tipos de comercio el personal de recepción, es decir la primera línea de defensa de la institución, tiene colocada a personas, generalmente jóvenes, que entienden que su primera misión es putear sin misericordia a los pobres, a los que son como ellos. Olvidan que visten y parecen distintos mientras laboran en el escenario diseñado para ellos. Y no se trata de que sean entrenados para putear a los mas pobres, a sus iguales sino que es una manera de alejarse de si mismos, de lo que son cuando llegan a sus casas, de lo que empiezan a ser cuando agarran un autobús o un concho atestado de gente. En la ilusión de la prosperidad y la promesa incumplida del bienestar, ser amable, servicial, gentil y solidario con uno de abajo, no tiene retribución. Así no se llega a ningún lado mas arriba, donde sueñan.

III

Una mujer que conduce una pasola abofetea sin piedad a un policía de AMET que la ha detenido por conducir sin casco. El policía recula tratando de evitar colocarse en una posición que lo haga víctima, a el mismo, de la acusación de abusador. La mujer, corpulenta y realmente enojada grita, para que la oigan, que está harta de que, entre tantos que andan sin casco, este AMET  siempre la detiene a ella. Sin dejar de manotear al policía, haciendo caso omiso de los transeúntes que hacen de mediadores –ironías de la vida- entre la autoridad legal que trata de ejercer y un civil obviamente en contravención.

Pero ¿qué resulta? Nadie parece percatarse de que la mujer ha violado una ley ni de que la aplicación selectiva de esa y cualquier otra ley a ella sin que afecte a los otros despoja el elemento legal de equidad y legitimidad y produce el estallido de ella y la rendición del policía que al final no tiene mas camino que dejarla ir.

IV

En un barrio pobre de la capital, dos policías producen el arresto de un joven. El hecho desata una reacción violenta y atrevida de otros que cuestionan, objetan y tratan de impedirlo. Acosan a los policías, los acusan de asesinos, de arbitrarios, los persiguen y acorralan, califican el arresto de infundado e inmotivado pero emplean no solamente el lenguaje mas duro y soez sino que algunos; desafiando las armas que están ya en manos de los policías y han sido disparadas varias veces a manera de advertencia, los insultan en su propia cara, los retan gritándole, frente a frente: Mátame  . . . dispara asesino.  . . . Abusador  . . . y cuanto improperio conocido pueda imaginarse.

Y hay que ver la cara y la expresión de los policías que pudieron haber matado a mas de uno pero no lo hicieron. Se veían con miedo al entorno, reculaban frente a la violenta agresividad de los otros; pero produjeron el arresto.

Entonces, dígame alguien ¿Esto es un país o un paisaje? ¿qué carajos es esto y como es posible que la gente no se de cuenta de lo que está sucediendo? Y ¿cómo es posible que el poder no se percate? Bueno  . . . si se percatan pero no pueden hacer nada. La autoridad está deslegitimizada. Ha perdido el control de la gobernabilidad. Entonces, la tarea es -y con esto trato de responder y orientar-

Como convertir la ira individual, en un acto de contenido social que pueda trascender. ¿Recuerdan la historia de aquel policía que acuño la frase de “sueldos cebollas”?  El nunca entendió que tuvo en las manos una oportunidad de trascender representando a miles de policías. Se quedó en su propia queja, su propio drama. Pero peor aun: ni un solo partido, dirigente o grupo político o movimiento se abanderó del tema, buscó al policía, trató de hacer algo con el. En fin, ¿entendemos la desconexión?

El reto es superarla desconexión. Hay enojo por doquier y motivos sobran. Pero hasta que la ira  personal no intersecte con un propósito social (que es lo que da lugar a la emergencia del liderazgo) Danilo, el PLD y otros como ellos permanecerán en el poder.

RABO DE NUBE

Si me dijeran

pide un deseo

preferiría un rabo de nube,

un torbellino en el suelo

y una gran ira que sube.

Un barredor de tristezas,

un aguacero en venganza

que cuando escampe parezca nuestra esperanza.

Si me dijeran pide un deseo,

preferiría un rabo de nube,

que se llevara lo feo

y nos dejara el querube.

Un barredor de tristezas,

un aguacero en venganza

que cuando escampe parezca nuestra esperanza.

 

 

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